MITOS Y CREENCIAS COSMOGÓNICAS SOBRE PIEDRAS
Al hablar de las piedras preciosas, de sus influencias y efectos, muchos desconocen que esto tiene su origen en las fuentes judaicas. La tora en los judíos o El Antiguo Testamento para la cristiandad, nos describen al pueblo judío como el primero que tuvo un estandarte que lo identificaba. Luego, a partir de allí las demás naciones, pueblos y reinados imitaron esto. Cuando el pueblo judío salió de Egipto, marchaba por el desierto distribuido en doce formaciones, constituidas por las doce tribus de Israel. Cada una de esas tribus poseía un estandarte y una piedra que identificaba a cada tribu correspondiente, y cada una de estas piedras formaba parte del pectoral del Sumo Sacerdote. Se dice que sobre cada piedra del pectoral estaban escritos los nombres de las 12 tribus, los nombres de los patriarcas Abraham, Itzacar y Jacob, así como las palabras shivtei Ieshurún “tribus de Ieshurún”, uno de los nombres dados al pueblo de Israel. Ciertamente, la tradición cabalística habla de la maravilla y la sabiduría de las doce gemas que corresponden ha cada una de las tribus, y tienen un color específico que va de acuerdo con los diferentes matices de sus atributos en las esferas espirituales.
En muy distintas fuentes y traducciones, se le asignan diferentes identidades y colores a aquellas piedras del pectoral que figuran en las escrituras, pero aquí se hará mención a las mencionadas en el Antiguo Testamento según la versión de la Biblia Reina Valera.
El pectoral de las doce piedras era un articulo suntuoso sagrado que formaba parte de la vestimenta del Sumo Sacerdote, formado por doce cuadros ordenados en cuatro hileras de tres piedras preciosas y que cada una correspondía a las 12 tribus de Israel, distribuidos de tal modo que en cada piedra había seis letras, lo que abarcaba todo el alfabeto, necesario para la combinación de los mensajes del Urim y Tumim:
Asimismo, que junto con las planchas estaban depositadas dos piedras, en aros de plata, las cuales, aseguradas a un pectoral, formaban lo que se llamaba el Urim y Tumim; que la posesión y uso de estas piedras era lo que constituía a los "videntes" en los días antiguos, o anteriores, y que Dios las había preparado para la traducción del libro. (Perla de Gran Precio 1: 35)
Los patriarcas estaban representados en las cuatro filas. Las seis letras en cada tribu, incluyendo el nombre de la tribu, simbolizaban la creación del mundo en seis días. El total de las 72 letras del que se componen, según los cabalistas, forma el nombre de Dios y que sostuvieron la creación durante la formación del mundo.
Las 12 piedras estaban colocadas según el orden de nacimiento de los hijos de Jacob, que se encuentra en el libro del Exodo 39:
1 Del azul, púrpura y carmesí hicieron las vestiduras del ministerio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron las vestiduras sagradas para Aarón, como Jehová lo había mandado a Moisés. 2 Hizo también el efod de oro, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 3 Y batieron láminas de oro, y cortaron hilos para tejerlos entre el azul, la púrpura, el carmesí y el lino, con labor primorosa. 4 Hicieron las hombreras para que se juntasen, y se unían en sus dos extremos. 5 Y el cinto del efod que estaba sobre él era de lo mismo, de igual labor; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, como Jehová lo había mandado a Moisés. 6 Y labraron las piedras de ónice montadas en engastes de oro, con grabaduras de sello con los nombres de los hijos de Israel, 7 y las puso sobre las hombreras del efod, por piedras memoriales para los hijos de Israel, como Jehová lo había mandado a Moisés. 8 Hizo también el pectoral de obra primorosa como la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 9 Era cuadrado; doble hicieron el pectoral; su longitud era de un palmo, y de un palmo su anchura, cuando era doblado. 10 Y engastaron en él cuatro hileras de piedras. La primera hilera era un sardio, un topacio y un carbunclo; esta era la primera hilera. 11 La segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante. 12 La tercera hilera, un jacinto, un ágata y una amatista. 13 Y la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe, todas montadas y encajadas en engastes de oro. 14 Y las piedras eran conforme a los nombres de los hijos de Israel, doce según los nombres de ellos; como grabaduras de sello, cada una con su nombre, según las doce tribus. 15 Hicieron también sobre el pectoral los cordones de forma de trenza, de oro puro. 16 Hicieron asimismo dos engastes y dos anillos de oro, y pusieron dos anillos de oro en los dos extremos del pectoral, 17 y fijaron los dos cordones de oro en aquellos dos anillos a los extremos del pectoral. 18 Fijaron también los otros dos extremos de los dos cordones de oro en los dos engastes que pusieron sobre las hombreras del efod por delante. 19 E hicieron otros dos anillos de oro que pusieron en los dos extremos del pectoral, en su orilla, frente a la parte baja del efod. 20 Hicieron además dos anillos de oro que pusieron en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo, cerca de su juntura, sobre el cinto del efod. 21 Y ataron el pectoral por sus anillos a los anillos del efod con un cordón de azul, para que estuviese sobre el cinto del mismo efod y no se separase el pectoral del efod, como Jehová lo había mandado a Moisés. 22 Hizo también el manto del efod de obra de tejedor, todo de azul, 23 con su abertura en medio de él, como el cuello de un coselete, con un borde alrededor de la abertura, para que no se rompiese. 24 E hicieron en las orillas del manto granadas de azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 25 Hicieron también campanillas de oro puro, y pusieron campanillas entre las granadas en las orillas del manto, alrededor, entre las granadas; 26 una campanilla y una granada, otra campanilla y otra granada alrededor, en las orillas del manto, para ministrar, como Jehová lo mandó a Moisés. 27 Igualmente hicieron las túnicas de lino fino de obra de tejedor, para Aarón y para sus hijos. 28 Asimismo la mitra de lino fino, y los adornos de las tiaras de lino fino, y los calzoncillos de lino, de lino torcido. 29 También el cinto de lino torcido, de azul, púrpura y carmesí, de obra de recamador, como Jehová lo mandó a Moisés.
Pectoral con las doce piedras
1. El Sardio para la tribu de Ruben
La tribu de Ruben poseía como piedra identificatoria, en el pectoral del Sumo Sacerdote, a la piedra llamada "odem" (‘adom’, ojo en hebreo) Sardio, o rubí según los cabalistas, y llevaban un estandarte color rojo. En este estandarte estaban dibujadas unas frutas llamadas "dudaim" (fruta parecida a la forma del cuerpo de un ser humano). Según el Midrash Talpiot tiene la cualidad de dar claridad de visión, y esta relacionado en el versículo porque Rubén vio al Creador con sus ojos.
Según el odem o Sardio-rubí puede parar el desangrado, refuerza el corazón y calma la rabia. Tiene el poder especial de prevenir el aborto, y se recomienda usarlo ha las mujeres con dificultades para quedar embarazadas. El color del rubí, de acuerdo a la Cabala esta relacionado con el atributo de justicia estricta, que también alude a Ruben.
Fue la gema con la cual se puso a prueba a Moisés, cuando el Faraón lo iba a mandar a matar cuando los adivinos habían pronosticado que era un enviado de Dios.
2. El topacio para la tribu de Simeón
La piedra que identificaba a la tribu de Simeón, en el pectoral, es la llamada "Leshem" topacio o el ópalo, y la tribu llevaba un estandarte color parecido al del zafiro negro azulado, el cual llevaba dibujada una serpiente que muerde los talones de los caballos del ejército enemigo haciéndolos caer. De esta tribu nació Sansón, el que venció al gigante Goliat, líder de los filisteos e hizo proezas como juez de Israel.
Según, el ópalo tiene la particularidad de advertir los peligros por medio del cambio de su coloración y brillo. Proporciona fuerza y coraje al débil, e incrementa la felicidad de la persona que la usa. Pertenece a esta tribu, porque su color se asemeja al león, cuya fuerza decae cuando sus ojos son cubiertos, tal como sucedió con Sansón, perteneciente a esa tribu.
En cuanto al topacio, se dice que aclara la mente, y facilita la expresión oral, la improvisación, la creatividad y el ingenio.
Al topacio se le atribuye liberar energías reprimidas, tales como la sexualidad, el instinto de conservación y la agresividad. Por ello, le atribuyen una gran fuerza amorosa, que contribuye al renacimiento del ser y al rejuvenecimiento del alma. Los romanos consagraron el topacio a Apolo, dios del amor, y acostumbraban a llevar consigo esta gema en el zurrón al emprender un largo viaje, para protegerse de accidentes y depresiones. También solían aplicar los topacios para aliviar las afecciones del pecho y del tracto abdominal inferior.
En el siglo XII, la mística alemana Hildegarda[1], escribió en sus libros de medicina, que esta gema curaba la disminución de la vista, antes de irse a dormir, el paciente debía frotarse los ojos con la piedra previamente sumergida en vino durante 72 horas. Como beneficio complementario, se decía que el paciente dormía mejor de lo habitual. Además desde la más remota antigüedad, se ha creído que soñar con un topacio tallado augura que el durmiente está protegido contra todo mal, que la fortuna será generosa con él, o que se encontrará con agradables compañeros en su deambular por la vida. Sin embargo, si aparece en la fantasía onírica una joya montada con esta piedra, se cree que alguien le ama muy por encima de lo que aparenta. La pérdida en sueños de un topacio, era interpretada como la premonición de que el protagonista podía resultar herido por un amigo que codicie su bienestar o a la persona que ama.
Durante las epidemias de peste de la Edad Media, se aplicaba un topacio para tratar las llagas causadas por la enfermedad. Se frotaba simplemente la piedra por alrededor de los abscesos enfebrecidos, y se asegura que muchos se curaban. Se trataba de una gema que había pertenecido a los Papas Clemente VI y Gregorio II. La historia de los topacios está envuelta en un romántico perfume de aventura.
En la Europa de la edad media se aseguraba que su primer yacimiento se encontraba en una isla desierta, cubierta permanentemente por un espeso velo de niebla. Se trataba de una propiedad intocable de los reyes, guardada por serpientes. Eran los esclavos quienes se encargaban de extraer las gemas de la tierra, con peligro de sus vidas. Se decía que los topacios ofrecían por la noche el brillo revelador de su ubicación, pero que, sin embargo, tenían que buscarlos a la luz del día para protegerse mejor de las serpientes. Este misterioso paraje ha recibido muchos nombres y localizaciones, pero, ahora se cree que se encuentra en el Mar Rojo, a unas treinta y cinco millas de la costa de Egipto, y es conocida como Isla de San Juan.
Se dice que el ópalo goza de las virtudes de las demás gemas porque ofrece todos sus colores. Los viejos libros de magia afirman que tiene la virtud de concentrar energías, ayudar a controlar la cólera y de dar poder al que lo porta. Llamada a veces la piedra de firmamento, se estima que su poder sobre los elementos está en relación directa con la belleza y tamaño de la pieza.
Los pueblos de oriente consideran que el ópalo es la llave de la esperanza y que su portador será protegido de todos los males. Creen que su mayor efecto lo consigue en aquellas personas que han tenido la fortuna de recibirlo como regalo de un ser querido. Dado que los griegos y romanos de la antigüedad apreciaban mucho el ópalo, por asociar con la Gloria su brillo e iridiscencia, los generales acostumbraban a llevar unos bastones rematados con ópalos para obtener buena fortuna en las campañas militares. Prueba del apego personal que puede suscitar esta gema, es la increíble historia de Nonius, senador romano poseía un ópalo de gran belleza y tamaño, del que estaba tan prendado, que prefirió exiliarse antes que venderlo. En efecto, el emperador Marco Antonio, que la deseaba para regalársela a Cleopatra, estaba dispuesto a pagar la suma de dinero que fuera necesaria para hacerse con la piedra. Y Nonius, conociendo el tesón y el poder de Marco Antonio, optó por abandonar sus prebendas y poner tierra por medio, huyendo a Alejandría con su ópalo del alma. En esta ciudad egipcia murió sumido en la pobreza, pero con su gema entre las manos.
El ópalo llegó a mitificarse tanto, que en la Edad Media se consideraba que quien llevase una de estas piedras envuelta en una hoja de laurel podría alcanzar, en ciertas circunstancias, la invisibilidad y se piensa que cuando la gema se vuelve loca entre los joyeros se producen fisuras irreversibles en la estructura de la gema, que pueden llegar a disgregarla completamente. Este accidente solía ser interpretado como un signo de mal augurio.
Los expertos en medicina ayurvédica aseguran que se pueden conseguir ciertas mejoras psíquicas colocando, en diversas partes del cuerpo, ópalos de los siguientes colores: Rojo o naranja sobre la garganta, calma los nervios y mejora la depresión y la apatía. El incoloro sobre el abdomen, sosiega el estado de ánimo y favorece la meditación. El blanco, amarillo o rosado, en el tercer ojo y el del plexo solar, aseguran que aumenta la intuición. El negro, puesto sobre el órgano sexual que mejora las depresiones derivadas de las frustraciones sexuales.
En Europa hubo un tiempo nefasto para el ópalo en que llegó a estar prohibida su venta o exhibición por los daños que pudiera causar. La culpa de tan mala consideración de imagen la tuvo el escritor escocés Walter Scott, en el año 1829, publicó una novela (La hija de la niebla, 1829. Ifor Evans. Breve historia de la literatura inglesa. Ed. Ariel. Barcelona, 1985), en el que narraba la extraña historia de la bisnieta de un chamán persa, que llevaba siempre en su cabello un broche con un ópalo misterioso, y que al caerle encima una gota de agua bendita, éste se desintegró y con él su dueña, que quedó reducida a cenizas. Como consecuencia, la familia real española atribuyó a una de estas gemas la muerte de cinco de sus príncipes. La pieza maldita fue colgada del cuello de la imagen de la Virgen de la Almudena, con el fin de que el inocente ópalo se regenerase.
3. El Carbunclo para la tribu de LeviLa tribu de Levi poseía como piedra representativa al Carbunclo. Piedra preciosa de difícil identificación. Pero se piensa que era Una piedra roja. En una traducción conjetural de varios términos hebreos. Algunos eruditos piensan que se refiere al berilo verde; y otros, al rubí. El vocablo ac barâktu, que se cree emparentado con la palabra hebrea, designa la esmeralda. El carbunclo, era también, un adorno de Lucifer antes de su caída (Ezequiel. 28). Nótese que la esperanza de los afligidos es una mansión que tiene "puertas de Carbunclo" (lsaias. 54: 12). La piedra de la tribu de Leví, se llama así porque brilla como el rayo (barak en hebreo), por lo tanto, fue elegida para esa tribu, porque ella ilumina el mundo con su estudio de las escrituras. Tiene rayas de color blanco, negro y rojo. Fue la piedra con la cual Noé iluminó el arca. Esta gema proporciona protección y seguridad, es beneficiosa para ganarle al enemigo en la guerra, protege a la persona de rayos y truenos, como también de los malos sueños.
4. La Esmeralda para la tribu de Judah
La piedra que identificaba a la tribu de Judah es la llamada "pitdá" (esmeralda) y llevaban un estandarte color dorado ("iarok"). En el estandarte estaba dibujada la ciudad de Shejem (en memoria de la derrota que infringió Simón, el patriarca original de esa tribu, al pueblo de Shejem, a quienes mató vengando de ese modo la vejación del hijo del líder de ese pueblo a su hermana Dina (Génesis 34). Existen dos colores: la verde y la amarilla. Es la gema de la tribu de Simón y alude a la palidez de este por la vergüenza de la rebelión de Zimri contra Moisés. Sus rostros también palidecieron cuando los miembros de esta tribu fueron seducidos por las mujeres moabitas. Se dice que la piedra tiene propiedades “enfriadoras” para el cuerpo y para el espíritu de naturaleza pasional. El Midrash Talpiot recomienda su uso para personas que sufren de trastornos digestivos y de malaria.
5. El Safiro para la tribu de Isacar
La tribu de Isacar poseía como piedra identificatoria al "Safir" (safiro) y llevaban un estandarte color negro azulado. En el estandarte estaba dibujado el sol y la luna, porque esta tribu era experta en predecir los tiempos. El poder de esta piedra está relacionado con la protección de la salud física en especial de los ojos. Se dice que es efectiva para mantener un espíritu sano dedicado a cumplir la voluntad de Dios y el estudio de las escrituras y el cumplimiento de los preceptos. Que es útil para lograr el descanso y la paz interior. El Midrash Talpiot, sostiene que cura abscesos, previene el eczema y el exceso de sudación, evita el miedo y la melancolía.Se dice que las tablas sobre las que fueron grabados los Diez mandamientos eran de zafiro, y se relaciona con la tribu de Isajar porque era notoria por su conocimiento del evangelio. De modo similar se conoce que las almas de los grandes Sabios de la Torá, están unidos a la vida eterna por el trono de gloria, como esta escrito: “como la piedra del zafiro es la forma del trono” (Ezequiel, 1: 26-28):
26 Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. 27 Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. 28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor.
Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.
El color azul oscuro de la piedra significa humildad y modestia, y se considera la piedra de mayor dureza después del brillante.
6. El Diamante para la tribu de Zabulon
La tribu de Zabulon poseía como piedra identificatoria a el "Iahalóm" (diamante) y llevaban un estandarte color blanco, donde estaba dibujado una embarcación, ya que la tribu de Zabulon comerciaban llevando mercaderías vía marítima, y con las ganancias obtenidas, mantenían a la tribu de Isajar que se abocaban al estudio. Es la más valiosa y conocida de todas las gemas, que aparece mencionada en el Jardín del Edén. Es la de mayor dureza, puede partir todas las demás gemas y cortar el cristal. Además es resistente al fuego.
Representa a la tribu de Zabulom, por su distinguida riqueza derivada del comercio marítimo, para poder mantener a los miembros de la tribu de Isajar. Se dice que el diamante blanco y transparente tiene la propiedad de eliminar el miedo de la noche y curar casos de melancolía. Hay quienes opinan que si se lleva en el brazo izquierdo, su portador tendrá coraje y derribará a los enemigos, podrá enfrentarse a los animales salvajes y a hombres malos. Esta gema protege de drogas letales, de intrigas y peleas.
7. El Agata para la tribu de Jacob
La tribu de Jacob poseía como piedra a la llamada "Shebó" (Shvo-agata- turquesa) y llevaba un estandarte que no era color negro ni blanco, sino una mezcla de ambos. En el estandarte estaba dibujado una tropa de ejército (por ser que esta tribu fue a la guerra con Yoeshúa, el sucesor de Moises para conquistar la tierra de Kenaan hoy Israel. E hicieron esto a pesar que ellos ya habían tomado su parte de tierra para asentarse del otro lado del río Jordán, o sea, fueron a combatir solo para ayudar a sus hermanos.
Shvó – Agata. Su color varía ligeramente según el clima. Cuando el tiempo esta despejado se hace brillante y se oscurece con el mal tiempo. Es una piedra dura y por lo tanto es tallada con gran esfuerzo. Su poder reside en la capacidad de enfriar el cuerpo, es apropiada para lograr el sueño, el descanso y la felicidad de quien la usa. Previene las enfermedades producidas por el cambio de clima y también el corazón, si se lleva cerca de él. Esta gema también es la adjudicada al shevet de Neftalí, conocido por su sabiduría y su capacidad retórica. Neftalí fue rico, tranquilo y feliz, satisfecho con la bendición que le dio el Creador.
8. El Amatista para la tribu de Neftalí
La tribu de Neftalí poseía como piedra a la llamada "Ajlama" amatista, y llevaba un estandarte color semejante al vino refinado. En el estandarte de ellos estaba dibujada una gacela (porque el patriarca de esa tribu era ágil como una gacela, y utilizó esa virtud para acondicionar el lugar para el sepulcro de su padre que había fallecido, la cueva de Majpela - Bereshit Raba 98: 17). Es la piedra de la tribu de Gad que frecuentemente estaba en la guerra. Se encuentra ubicada al final de la tercera hilera del pectoral del Gran Sacerdote. Esta piedra protege al corazón del miedo. También se relaciona con jalom, que significa sueño. La amatista simboliza la perfección y produce equilibrio y armonía. Protege de las enfermedades, los accidentes y las malas influencias.
9. El Berilo para la tribu de Aser, por Gad
La tribu de Aser hermano de Gad poseía la piedra llamada "Tarshish" (crysolito) y llevaba un estandarte de color similar a las piedras preciosas con las que se adornan las mujeres. En el estandarte de ellos estaba dibujado un olivo (por ser que la tierra que les tocó a esa tribu en la repartija de los territorios de Israel era abundante en olivos, que producían aceite para el candelabro y las ofrendas del Templo Sagrado). Existen diferentes variedades de esta gema, dependiendo del lugar de donde provienen, pueden ser más claras o verde oliva. Tiene una influencia beneficiosa sobre los órganos de las vías respiratorias, y para los desmayos. Ahuyenta los malos espíritus y previene de los malos sueños. Hace de quien la lleva una persona agradable y por lo tanto exitosa en el comercio local e internacional.
10. El onix para la tribu de José
La tribu de José poseía como piedra identificatoria a la llamada "Shoham" ónix, y llevaba un estandarte de color completamente negro. La tribu de José se dividió en dos tribus, una por su hijo Efraín y otra por su segundo hijo Manases, que le nacieron en Egipto. En el estandarte de ellos estaba dibujado Egipto, el lugar donde crecieron, y se convirtieron en dos tribus.
Abramos el Apocalipsis 21: 9-21, donde dice:
La nueva Jerusalén. 9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. 12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
El quinto cimiento del muro de la Nueva Jerusalén es sardónica, con el nombre del apóstol Felipe, que es el quinto en todas las listas de los apóstoles que aparecen en la Biblia. La traducción de Reina-Valera dice: "ónice", y la palabra "ónice" está incluida en la palabra "sardónica"; se dice sardonix; la terminación de sardónica es ónice; se le dice: onishy, onikino, ónix, ónice; pero en este caso la palabra exacta que quiso escribir por el Espíritu Santo el apóstol Juan es la palabra "sardónica"; la sardónica es una especie de ónice, sólo que la palabra "ónice" es más general, es más genérica. Reina-Valera en este caso hizo lo contrario de lo que hizo con calcedonia; calcedonia era la palabra genérica en el tercer cimiento, y tradujo con una de las variedades de la calcedonia que es el ágata; y aquí el caso es totalmente al contrario; aquí el Señor se refiere a una especie de ónice que es la sardónica, una de las especies de ónice, porque hay varias especies de ónices; y en este caso el traductor tradujo la palabra más genérica, la palabra más amplia.
Hay varias clases de ónices. Haré unas descripciones para poder compararlo con la sardónica; es decir, para ver cuál es la variedad sardónica entre las otras variedades de ónice. Existe lo que se llama el ónice de pedrara que es una roca traslúcida blanca y verde, con venas naranjas oscuras, o si no con color ámbar o con color pardo; esa es una de las especies de ónice que se llama ónice de pedrara; hay otro ónice al que le llaman el ónice mexicano que era empleado por los aztecas en los templos de ellos para sus dioses; otro es el llamado Yava ónix que está formado por capas irregulares. Hay otro ónice que se llama ónice de Utah, del estado de Utah, que está relacionado con el mármol; el mármol se relaciona con el ónice; hay un mármol ónice y este ónice de Utah es un mármol anaranjado, pero que también es ónice, es otra variedad de ónice; está el ónice de Tirol que también es traslúcido y con venas de color naranja; está el ónice de Java que se forma en las estalagmitas; ustedes ven que en las cuevas, lo mismo que sucedía con la calcedonia, porque éste es también pariente de la calcedonia, empiezan las disoluciones a gotear, y cuando van goteando forman una estalactita, y la parte que cae abajo va subiendo también y forma una estalagmita, y se juntan; a veces esas estalagmitas son de calcedonia, a veces son de ónice, a veces son de alabastro; también la formación del alabastro y del ónice son muy parecidas, y ya ustedes están empezando a entender, si el ónice es pariente del alabastro, y ya tenemos en la Biblia una preciosa historia del alabastro, ya nos vamos acercando al significado espiritual del ónice.
El ónice es una piedra compuesta que tiene varias capas, que aparece con varias bandas así como lo era también la calcedonia y el ágata; las piedras ónice son parientes de las piedras calcedonia; de manera que muchas de las cosas de la calcedonia se aplican también al ónice; el ónice es también una piedra criptocristalina fibrosa; cuando estudiamos la calcedonia vimos lo que significaba ser criptocristalina; lo mismo se dice del ónice en general, de todas las variedades de ónice. Pero hagamos primero unos comentarios técnicos que nos sirvan después en el aspecto espiritual; hay también un ónice que es de color negro.
La Biblia, manifiesta una especial predilección por el ónice; se le menciona de una manera especial, resaltada, y El Padre Celestial lo usa también de una manera preferente; solamente cuando entendemos cuales son las propiedades, las características del ónice, es que entendemos por qué el Señor utiliza el ónice de esta manera, porque el ónice tiene las características de maleabilidad; se deja trabajar mejor que otras piedras. La sardónica que es la que mencionó Juan en el Apocalipsis es un ónice de bandas rojas y blancas; el ónice tiene bandas entre calcedonia y ópalo; el ónice está compuesto por distintas bandas, y esas bandas tienen distintos colores, y forman esos colores a veces como ondas alternadas una con la otra. De todas las piedras, la piedra que más fácilmente se trabaja es el ónice; esa es la principal característica del ónice, es una piedra que se puede trabajar más fácil; otras piedras son más difíciles de trabajar, y de tallar, pero el ónice es una de las piedras que mejor se trabaja; en el ónice se puede grabar; el diamante, sólo otro diamante lo puede cortar y rayar a los demás, pero es difícilmente grabado, por eso es usado para rayar, para quebrar, para romper; así se le dice al diamante en el guaraní, itayahai, que quiere decir piedra que rompe; sin embargo, lo contrario del diamante es el ónice como piedra maleable; por lo tanto, no es extraño que Dios manifieste su preferencia en la Biblia por el ónice.
Vamos al libro del Génesis; una de las primeras piedras preciosas que aparece en la Biblia, es el onice. Vamos a Génesis 2: 10-12:
Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.
El bedelio es una resina que se hace preciosa; hay piedras preciosas de origen vegetal, como hay piedras preciosas de origen animal y piedras preciosas de origen mineral; estas piedras preciosas de origen animal son el marfil, la perla y el coral; las piedras preciosas de origen vegetal son el azabache, el ámbar y el bedelio; el bedelio es una resina; es un árbol que cuando tú lo hieres segrega una resina que después se endurece y llega a ser una piedra preciosa; y menciona una piedra preciosa proveniente del reino vegetal; aparece el oro la naturaleza divina y la humana; en el medio aparece el bedelio y el ónice. Dios está sintetizando con esos ejemplos Su plan. Dios provee de Su parte el oro, la naturaleza divina; nosotros simbolizamos lo que provee el ónice: la maleabilidad; y el bedelio que es aquella relación que en aquel tiempo era de tipo vegetal; el hombre estaba en el jardín del Edén, podía comer del árbol de la ciencia, se le había prohibido, pero fue necesaria la caída y la muerte como parte del plan del Cordero para que haya resurrección; el bedelio estaba como preanunciando la necesidad de la redención porque el bedelio se produce al herir el árbol, entonces segrega aquella resina que se endurece y llega a ser precioso. Noten que el río que le provee agua al hombre es el mismo río que lo lleva a lo precioso; el río que le da de beber al hombre es el que lo conduce a donde va a encontrar materiales con que Dios habla, porque estos materiales tienen significado en la Biblia; el oro nos habla de la naturaleza divina; por eso aparece el arca cubierta de oro por dentro y por fuera; aparece en el candelero y aparece en otros de los instrumentos del templo; de manera que cuando el río que nos da de beber en el jardín del Edén nos lleva a donde hay oro, es como Dios queriendo conducir al hombre a Su propósito. "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". El evangelio de Jesucristo es el árbol de la vida que segrega lo precioso, que es el que pone en relación a Dios con el hombre.
La primera piedra que aparece es el ónice; ahí está incluida lógicamente la sardónica, que es una de las especies de ónice; la sardónica es un ónice con rojo y blanco, porque el sardio es rojo; por eso el ónice se llama sardónica o sardónice, o sea un ónice con bandas rojas con blanco; todo lo que se aplica al ónice se aplica a la sardónica, así como lo que se aplica al ágata, se aplica a la calcedonia. En la primera mención no aparece ninguna otra piedra mencionada todavía; sí, después ha de haber distintas piedras que aparecen en el camino, y aparecen en la Biblia muchas piedras; en fin, en el Apocalipsis aparecen también estas piedras; lo que me llama la atención es precisamente esto: que la primera piedra que aparece es el ónice; Dios nos está hablando. Hay otros versos donde también el ónice es resaltado sobre otras piedras preciosas.
Ónice y otras piedras preciosas en el templo. Vamos a ver otros versículos donde se nos habla del ónice. Voy a saltarme los del Éxodo para ir a 1 Crónicas 29. Vamos a leer los primeros versos; al mirar contexto, vemos que desde el capítulo 28 dice que Salomón sucede a su padre David. Y este Edifico el templo de Dios. Dios le había dicho a David: David, tú has derramado mucha sangre, tú no me edificarás casa, pero tú hijo que nacerá de ti, él sí me edificará casa. Significa que Salomón es una figura del verdadero Hijo de David que es Cristo, y el templo que edificó Salomón es una figura de la Iglesia que es el cuerpo de Cristo. Salomón edificando el templo es una figura de Cristo edificando la Iglesia; entonces en ese contexto, donde David le está pasando instrucciones a Salomón, leemos en el capítulo 29: 1 Después dijo el rey David a toda la asamblea: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios; (porque David tenía muchos otros hijos, incluso algunos anteriores, y otros posteriores, pero al que Dios escogió fue a Salomón) y él es joven y tierno de edad, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Jehova Dios". Por eso es una obra grande. "2 Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y ahora empieza a mencionar las piedras preciosas, y la única que menciona por nombre propio es el ónice; las demás las engloba el título piedras preciosas; la única que resalta entre todas y la que es primero mencionada es el ónice, y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia". Esos fueron los materiales que preparó David para la casa de Dios; pero ¿se dieron cuenta de que, así como en el Génesis, ninguna de las otras piedras aparece mencionada por nombre y la única que aparece mencionada después del bedelio, que es de origen vegetal, entre las piedras minerales es el ónice, y ahora aquí está mencionando distintas clases de piedras, menciona diversos colores, menciona preciosas en general, menciona piedras negras que hay de varias clases.
El ónice sobre los hombros del Señor
Éxodo 25: 1; cuando Dios está pidiendo los materiales para Su casa, Moisés, hablando en nombre de Dios, dice: Así ha dicho Jehova: todo el que quiera traer ofrenda voluntaria para construir el santuario de Dios, que lo haga voluntariamente; entonces la primera piedra y la única piedra que menciona por nombre propio es el ónice. Dios está diciendo qué es lo que le tenemos que traer a Él para que Él pueda edificar Su casa. El Señor quiere edificar el cuerpo humano, pero para eso tenemos que ofrecerle a Él lo que Él necesita: piedras de ónice. Él necesita personas sumisas, personas valientes que se confíen en Sus manos y se dejen corregir por Dios, que se dejen tallar y pulir, y es la primera que menciona: "7 Piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral". Las piedras de engaste también tienen nombre propio, pero aquí no son mencionadas; la única que es mencionada entre todas es el ónice. Pasando a Éxodo 28, el ónice aparece en las vestiduras sacerdotales tres veces, en cambio las demás piedras aparecen una sola vez. ¡Algo muy curioso! El sacerdote tenía que tener un pectoral con el Urim Tumim con doce piedras preciosas; entre esas piedras preciosas estaba la que se llama en hebreo shoham; esa es la sardónica; esa es la palabra ónice, la palabra genérica que abarca todas las variedades de ónice que les mencioné al principio incluyendo sardónica. Sin embargo, el ónice aparecía tres veces en las vestiduras sacerdotales; las demás piedras sólo aparecían una vez. Éxodo 28:
1 Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón. 2 Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para honra y hermosura. 3 Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle para que sea mi sacerdote. 4 Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras sagradas para Aarón tu hermano, y para sus hijos, para que sean mis sacerdotes. 5 Tomarán oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, 6 y harán el efod de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, de obra primorosa. 7 Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos, y así se juntará. 8 Y su cinto de obra primorosa que estará sobre él, será de la misma obra, parte del mismo; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 9 Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel; 10 seis de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra, conforme al orden de nacimiento de ellos. 11 De obra de grabador en piedra, como grabaduras de sello, harás grabar las dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; les harás alrededor engastes de oro. 12 Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová sobre sus dos hombros por memorial. 13 Harás, pues, los engastes de oro, 14 y dos cordones de oro fino, los cuales harás en forma de trenza; y fijarás los cordones de forma de trenza en los engastes. 15 Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 16 Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho; 17 y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un topacio y un carbunclo; 18 la segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante; 19 la tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista; 20 la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas estarán montadas en engastes de oro. 21 Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus. 22 Harás también en el pectoral cordones de hechura de trenzas de oro fino. 23 Y harás en el pectoral dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos del pectoral. 24 Y fijarás los dos cordones de oro en los dos anillos a los dos extremos del pectoral; 25 y pondrás los dos extremos de los dos cordones sobre los dos engastes, y los fijarás a las hombreras del efod en su parte delantera. 26 Harás también dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos del pectoral, en su orilla que está al lado del efod hacia adentro. 27 Harás asimismo los dos anillos de oro, los cuales fijarás en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo, delante de su juntura sobre el cinto del efod. 28 Y juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod con un cordón de azul, para que esté sobre el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod. 29 Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente. 30 Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre delante de Jehová; y llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante de Jehová. 31 Harás el manto del efod todo de azul; 32 y en medio de él por arriba habrá una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra tejida, como el cuello de un coselete, para que no se rompa. 33 Y en sus orlas harás granadas de azul, púrpura y carmesí alrededor, y entre ellas campanillas de oro alrededor. 34 Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda la orla del manto alrededor. 35 Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando salga, para que no muera.
El ónice se trabaja de una manera muy rara; cuando hay que perfeccionar al ónice, primero se le sumerge en azúcar quemada y después en ácido; así las personas que van a trabajar el ónice, primero lo sumergen en calor y en azúcar, porque el azúcar se mete por los intersticios del ónice y endulza el ónice; ya que tiene carbón que es el que se va a volver negro cuando lo ponen en el ácido; pero tiene otros elementos; entonces después de que está en lo dulce se le mete en el ácido, y el ácido se mete y saca los otros elementos que no son el carbón, y deja sólo el carbón, y ese carbón es el que le da ese color negro definido al ónice. Y así pasó con José; al principio era el hijo favorito, era el hijo preferido, era al que Jacob le ponía la túnica de colores, era el que era el amigo del padre. Los otros no le querían; al principio fue sumergido en dulce, en caramelo, pero después le tocó estar en ácido, cuando sus hermanos lo odiaron; gracias a Dios que Judá dijo: no lo matemos, vendámoslo pero no lo matemos; y por allí fue a parar a la diestra de Faraón, casado con una gentil, pero esperando revelarse a sus hermanos; ahí está prefigurado, pasó por las duras y las maduras y también por las dulces; primero las dulces, después las maduras; pero después fue otra vez dulce; así como sucede con el ónice sucede también con el pueblo del Señor; a veces el Señor permite el día del bien y el día de la adversidad; el azúcar con el ácido, según lo que se necesite. Si se necesita azúcar, colocamos azúcar para endulzar, para que endulce los intersticios y los llene y quede perfeccionado el ónice; pero claro, no queda perfeccionado sin antes meterlo en el ácido, para que el ácido le saque lo que Dios no estaba interesado que del azúcar le quedara. Dios le puso el azúcar sólo por el carbón, pero no por los otros elementos; los otros se los tiene que sacar después; Dios a veces nos da unas cosas y a veces nos quita otras cosas porque Dios es el que provee y Dios es el que sana.
11. En el estandarte de Efraín, además de Egipto, estaba dibujada la figura de un toro.
En el Antiguo Testamento, segundo hijo de José y Asenat (Génesis. 41:50–52; 46:20). Al contrario de lo que se hacía por tradición, Efraín recibió la bendición de la primogenitura en lugar de Manasés, el hijo mayor (Génesis 48:17–20). Efraín fue el padre de la tribu que lleva su nombre.
La tribu de Efraín. Efraín recibió la primogenitura de Israel (1Crónicas. 5: 1–2; Jeremías 31: 9), y en los últimos días esta tribu ha tenido el privilegio y la responsabilidad de poseer el sacerdocio, llevar el mensaje de la restauración del evangelio al mundo, y levantar un pendón para congregar al Israel disperso (Isaias 11: 12–13; 2 Nefi 21: 12–13). Los hijos de Efraín coronarán de gloria a los que en los últimos días regresen de los países del norte (DyC 133: 26–34).
El palo de Efraín o palo de José. Registro de un grupo de la tribu de Efraín que fue guiado desde Jerusalén hasta América aproximadamente alrededor del año 600 a.C. A dicho registro, que es el Libro de Mormón, se le llama el palo de Efraín o el palo de José. Al unirse al palo de Judá (la Biblia), ambos registros constituyen un testimonio unido del Señor Jesucristo, de su resurrección de la tumba y de su obra divina realizada entre estas dos ramas de la casa de Israel.
Una rama de Efraín se desprenderá y escribirá otro testamento de Cristo, TJS, Génesis 50: 24–26, 30–31. El palo de Judá y el palo de José serán uno solo, Ezequiel. 37: 15–19. Los escritos de Judá y de José crecerán juntamente, 2 Ne. 3:12. El Señor habla a muchas naciones, 2Nefi. 29. Las llaves de los anales del palo de Efraín fueron entregadas a Moroni, DyC 27: 5.
12. En el estandarte de Manases, además de Egipto, estaba dibujada la figura de un reem (animal desconocido de gran tamaño). Las tribus de Manasés y de Efraín (nombre del hermano menor de Manasés) fueron las más destacadas entre todas las que formaron el reino de Israel.
13. La tribu de Benjamín. El Jaspe.
La tribu de Benjamín poseía como piedra identificatoria a la especie llamada "Iashpe" Jaspe, y llevaba un estandarte que contenía una combinación de colores equivalente al de todas las demás tribus. En el estandarte de ellos estaba dibujado un lobo. El jaspe reúne las preciadas virtudes de reconfortar el espíritu; procurar éxito y poder devolver a un ser taciturno la alegría. "Bareket" (Jaspe) y llevaba un estandarte de tres colores, un tercio del estandarte era color blanco, un tercio color negro, y un tercio color rojo. En el estandarte de ellos estaba dibujado el pectoral que contenía el Urim y Tumin y el nombre Sagrado de Dios.
En la Islandia, en la antigua Europa, se creía que el jaspe era un buen protector contra las brujas y hechiceras, y aquel que llevase la piedra podía considerarse a salvo de sus encantamientos. Los griegos llegaron incluso a asegurar que el jaspe, en determinadas condiciones, tenía la propiedad de atraer la lluvia, y que llevando colgado al cuello una de sus gemas, que tuviese grabada la imagen de un hombre, hacía invencible a su portador. Muchos dioses y objetos de culto fueron cincelados en jaspe. Precisamente, entre las reliquias que reivindica la ciudad de Zaragoza, destaca un pilar sobrenatural, hecho de una gran pieza de esta gema, la cual se aseguro fue esculpida por los propios ángeles. Con frecuencia, las virtudes de la gema se han visto potenciadas con imágenes mágicas. Una de las más socorridas fue el dragón del cielo, que grabado sobre una superficie de jaspe rojo, engarzado en un anillo, se daba por el remedio más eficaz contra los dolores estomacales. Los romanos, por su parte, le tomaron mucho aprecio a cualquier anillo con un sello de jaspe, que llevara grabada la efigie de su poseedor, para que las deidades de su panteón celestial le procurasen mayores beneficios materiales y espirituales que al resto de los humanos. Del primer sumo sacerdote de los judíos, Aarón. Se la asocia con la jerarquía de los Tronos, y en especial con el ángel Barchiel. El jaspe rojo recibe el nombre de sanguina. Es curioso observar que, en distintas áreas culturales, se relaciona con la sangre, debido a que su color se asemeja a la sangre, que puede llegar a parecer una petrificación de ancestrales minerales, impregnados con la sangre. En Egipto, por ejemplo, se identificó con la sangre de Isis y fue utilizado en los misterios dedicados a esta diosa.
El jaspe rojo se ha utilizado como amuleto para favorecer a las mujeres gestantes con el fin de que tuviesen un embarazo y parto felices. Se sabe que babilonios, griegos y romanos utilizaron esta gema con este fin. En el siglo XI, Marbodio, obispo de Ruán, aconsejaba a las mujeres que se pusiesen una gema de jaspe sobre el vientre para aliviar los dolores del parto. Y todavía a principios del siglo XV, el erudito Enrique Villena aseguraba que el jaspe era bueno para traer un nuevo ser al mundo. La razón de tal asignación se encuentra en el hecho de que al romper una de sus gemas, parece como si hubieran nacido innumerables cristales en su interior, pareciendo que la piedra esta preñada. Otras veces suena dentro de su seno una pieza, como si escondiese un ser en gestación.
El Jacinto para la tribu de Dan
La piedra de Dan no tiene representación en el pectoral porque se dijo que la tribu que adorara ídolos sería borrada debajo del cielo. Dan poseía como piedra identificatoria a la llamada Jacinto de la familia del cuarzo hematoides, de color rojo-anaranjado.
En los tiempos remotos, los peregrinos tenían por costumbre de llevar con ellos Jacintos, y estaban convencidos de que el Jacinto les transmitía mucha energía de la tierra canalizando las corrientes de dicha energía hacia ellos y esto les ayudaba a caminar con mas fuerza además de considerarlo como un elemento de protección. Se instauró esta tradición de tal forma que también el Jacinto se convirtió en un recuerdo del camino al igual que la concha o vieira. Siendo un mineral bastante difícil de encontrar, muchos peregrinos que procedían de regiones de España donde el Jacinto era mas frecuente, lo llevaban en cantidades suficientes para venderlo a otros peregrinos que carecían de el. Esto les aseguraba una ayuda material para emprender el camino más cómodamente. Esta tradición se perdió cuando a partir del siglo XVI hasta mediados del siglo XX los peregrinajes a Santiago fueron casi abandonados.
CORNALINA
En el famoso Lapidario” de Alfonso X el Sabio, se dice que la cornalina tiene tres virtudes grandes y buenas; y se afirma que su color es la expresión de las fuerzas misteriosas del alma.
La primer virtud que tiene es el ayudar a los oradores dándoles valor en su esfuerzo para razonar sin miedo y ayúdales también para que lo hagan apuestamente. La segunda, que es buena para estancar la sangre que corre mucho, mayormente a las mujeres cuando les sale más de lo que debe. Y la tercera virtud es que sirve para los dientes cuando la hacen polvos y la frotan sobre ellos, pues los limpia, y crecen las encías entre ellos, y las hace muy bermejas". Conforme se ha podido confirmar en hallazgos arqueológicos, esta piedra era un amuleto muy apreciado durante la prehistoria. Fue muy popular entre los antiguos egipcios para confeccionar cuentas mágicas y amuletos. Los judíos la tuvieron por un preventivo importante contra la enfermedad, especialmente la peste y también contra los venenos. En la antigua Roma estas gemas eran muy codiciadas por las damas de alta sociedad, que se las ofrecían a los dioses para conseguir algún favor de importancia. Con ella, se hacían unos camafeos, considerados como potentes talismanes contra depresiones nerviosas y otras enfermedades. Los hindúes creen que esta piedra de virtud es un remedio especial para las fiebres nocturnas. Por ello, frotan con cornalina las plantas de los pies del paciente, desde el talón hasta los dedos.
Entre los musulmanes, la cornalina es un talismán muy popular. Se dice que Mahoma llevaba un anillo de plata con una de estas gemas. Así que el Islam se sirve de ella para grabar los versículos del Corán. Algunos autores árabes señalan que el color de esta gema es expresión de las fuerzas interiores del alma y de la humana inclinación hacia lo sobrenatural.
Amuletos protectores De todos los amuletos que la imaginación mágica ha concebido con la cornalina como materia prima, destacan los llamados de "las dignidades" y de "las tempestades". El primero, lleva grabada en la superficie de la gema un caballero, sosteniendo en su mano un instrumento musical. Se asegura que concede honores a su portador. El segundo, lleva tallada la imagen de un hombre con una espada en su mano, y se cree que preserva el hogar del rayo y de otras consecuencias de las tormentas.
La gema de los mártires Los primitivos cristianos, no se atrevían a manifestarse por miedo a la persecución. Sin embargo, idearon ciertos signos para identificarse entre ellos. Con este fin eligieron las gemas de cornalina, en las que grabaron alguno de los primeros símbolos de la nueva religión: barcas, peces, palmas o la cruz. Esta práctica se prolongó siglos después de que los cristianos disfrutasen de libertad de culto. La razón de la elección de la cornalina fue debida a que, dada su coloración intensamente roja, creían que sus gemas eran sangre petrificada de los mártires. Precisamente recibieron el nombre de "piedras de Santiago" por suponer que algunas procedían del martirio del apóstol.
Oráculo de cristal. La interpretación que ofrecen los libros de Mancias mediante gemas, cuando se tira un puñado sobre un tapete de adivinación, y la cornalina cae cerca del centro, es el siguiente: "Usted es lo que importa. Se halla en situación de efectuar un avance o cometer una equivocación. Seguramente querrá tomar las riendas, y para ello deberá ponderar las condiciones con realismo. Mire las cosas como son en realidad, no como a usted le gustaría que fuesen. Base sus decisiones y actuaciones en el presente, y no en el pasado o en el futuro".
AGUAMARINA
Creencias antiguas aseguran que el aguamarina arroja luz sobre las más enigmáticas incertidumbres que atenacen a una persona, al tiempo que reconforta a los que sufren, les inspira confianza en el futuro y les otorga el don de la felicidad.
Por ello, esta piedra preciosa, ha sido catalogada como un buen remedio contra la desconfianza, la falta de fe o la tibieza espiritual. Muchos de los poseedores de una piedra aguamarina han aportado sus creencias acerca de las transformaciones que se han producido en su interior. Al poco tiempo de llevar una muestra de esta piedra se dice que se logran el incremento de la esperanza, del buen tono personal y de su sentido de la libertad. En la Edad Media, se llegó a creer que el aguamarina tenía poder sobre el maligno. Eran muchos los que acostumbraban a llevar esta gema en la boca, a riesgo de tragársela, con el fin de garantizarse protección frente a los demonios e, incluso, de someterles a los caprichos del propietario de la piedra. Como casi todas las gemas, ésta tiene especial relación con los dioses de la mitología clásica. Se consagró al griego Poseidón, o al romano Neptuno, dios de las aguas y hermano del rey de los dioses. Así los romanos y griegos que se aventuraban a navegar, acostumbraban a llevar una aguamarina con la imagen de este dios grabada en su superficie, con la finalidad mágica de que les preservarse de las desgracias que puede deparar la mar, y asegurarse un regreso feliz a su hogar. Los clásicos aseguraban que esta gema mostraba los colores brillantes del mar, por encerrar en su seno seres mágicos de los océanos. Plinio llegaba a decir que si se dejaba caer una aguamarina a las profundidades del mar, la piedra se volvía invisible, aunque naturalmente. Según el Ángel relacionado a esta piedra es Humiel, incluso el Papa Gregorio el Grande conectaba esta gema con las Potencias, que son cuatro de las más altas jerarquías angélicas. Se contempla que es la octava piedra fundamental de la ciudad sagrada. Se le asocia al apóstol Santo Tomás, por haber extendido su predicación del evangelio de Jesús más allá de los Océanos. Es un amuleto espiritista del cual se ha creído, durante siglos, que en la que se hubiera grabado la imagen de una abubilla frente a una ramita de estragón, procuraba ciertas facultades prodigiosas relacionadas con el más allá. Según algunos magos, la piedra tenía tal poder de convocatoria con los espíritus, que no sólo acudían de inmediato a su evocación, sino que contestaban solícitamente a las preguntas que tuviera a bien formularles el poseedor de esta maravilla.
Entre Afrodita y Piscis La razón por la que la aguamarina se relaciona con la sensualidad y el romanticismo es debido a que su color evoca a Afrodita, la diosa griega del amor, generada por la espuma del mar. En realidad el nombre de esta diosa, equivalente a la Venus romana, significa "nacida de la espuma".
CUARZO DE COLORES
Los expertos en piedras preciosas aseguran que las distintas coloraciones del cuarzo modifican las formas en que éstos amplifican, transforman, almacenan o transfieren la luz. Pero en cuanto a sus poderes energéticos:
El Morión: conciencia, intuición y auto-purificación. El cuarzo ahumado o morión, es transparente, y su coloración puede ir del grisáceo al marrón, llegando hasta el negro. Representa el inconsciente, la intuición, y como tal se cree que purifica y equilibra el psiquismo con el cuerpo físico, por lo que se aplica en los casos de insomnio y de fatiga mental. Para conseguir la auto-purificación del cuerpo aconsejan colocar un cristal de cuarzo ahumado entre las palmas de las manos, para que canalice las energías negativas de su poseedor.
Cuarzo azul: reactivación intelectual Se asegura que el cuarzo azul reactiva los intelectos agotados por problemas o esfuerzos continuados. Por ello se recomienda para los estudiantes en épocas de exámenes o para personas que tengan que realizar tareas en un tiempo récord. También se cree que el cuarzo azul fortalece el sistema inmune y el metabolismo, a la vez que favorece algunas virtudes humanas, como la paciencia, la tolerancia y la compasión.
El citrino: la alegría de vivir Su color amarillo limón, es el que da nombre y personalidad al cuarzo citrino, aunque puede llegar hasta el dorado rojizo. Tuvo el honor de ser una de las piedras fundacionales de la Ciudad Sagrada, según la Biblia de Jerusalén. Según los expertos en gemología esotérica, hace renacer las motivaciones, la esperanza y la dicha de la vida, a su poseedor. Para ello, reduce las tendencias auto-destructoras y eleva el nivel de su propia estima. Por ello, recomiendan los amuletos de citrino a las personas que atraviesen momentos difíciles, de sufrimiento o de depresión, o que quieran enfrentarse mágicamente a sus fobias o manías.
Cuarzo rutilado: entusiasmo y relajación Debe su nombre a las inclusiones de rutilo que posee en su interior, con pequeños filamentos de oro y dióxido de titanio, conocidos como los "cabellos de Venus". El cuarzo rutilado, aseguran que ayuda a reinvertir el proceso de envejecimiento y que hace desaparecer el miedo. Para obtener entusiasmo y decisión, se recomienda apoyarlo en el chakra de la garganta.
GRANATE
Al granate se le relaciona frecuentemente con los conocimientos ocultos, y se asegura que aquellos que lo lleven habitualmente tendrán mayores facilidades para desarrollar poderes mágicos.
Una Leyenda urbana cuenta que Abraham acostumbraba a encerrar a sus esposas en habitaciones sin luz, y que colocaba en los aposentos de cada una de ellas unos enormes vasos tallados en granate, que irradiaban una potente luz, gracias a la cual el patriarca leía los ocultos pensamientos de sus mujeres. En realidad, muchos otros pueblos de la antigüedad, creyeron en las virtudes maravillosas del granate. Así, los persas lo utilizaron contra los rayos y la fiebre, mientras que griegos y romanos se hacían con él amuletos para muy diversas utilidades mágicas. Los más apreciados son los llamados asterias, que muestran en su seno una estrella de cuatro puntas, muy visible cuando la luz brilla sobre ella. Según algunas creencias orientales, los granates nacían de las cabezas de las serpientes. Se pretendía, que estas piedras servían de guía al animal, en su camino hacia la muerte, por carecer éste de buena visión. Se aseguraba que en su agonía, los reptiles llevaban una de estas gemas entre sus mandíbulas, y sólo la soltaban cuando precisaban detenerse para comer. El granate, con frecuencia ha sido confundido con otras gemas, por lo que antiguamente se ideó un procedimiento "infalible" para verificar su autenticidad. Se basaba en la creencia de que el granate tiene la virtud de alejar a los insectos. Cuando una de estas gemas estaba bajo sospecha, su poseedor se quitaba la ropa, quedándose el granate como única protección. Seguidamente, se untaba su cuerpo con miel, y se acercaba a un nido de avispas. Si los animalitos mostraban su indiferencia, la piedra era buena. Y si por el contrario, se lanzaban sobre la persona enmielada, para aquellas gentes estaba claro que la piedra era falsa. Ángel relacionado: Amriel, príncipe del orden de los Tronos. El nombre de Amriel se encuentra inscrito en un encantamiento hebreo oriental para prevenir el mal. Simbolismo: Constancia, fidelidad y amistad. Talismán del león Durante siglos, un colgante que consistía en un león grabado sobre un granate tuvo reputación de ser un excelente fetiche para proteger a viajeros de los peligros más comunes que se podían encontrar en su andadura. Se sabe que, entre otros pueblos, los persas fueron muy aficionados a este amuleto, llamado del "león granate", por suponer que la gema se había formado de la sangre petrificada de un dios, y que la imagen del león otorgaba la invulnerabilidad a su portador.
Rojo hemostático. Al granate se le atribuye la cualidad de favorecer la circulación sanguínea y de cortar las hemorragias. Sin duda, tal afirmación se poya en el color sangre que le caracteriza. Por esta razón, los caballeros medievales que emprendían las Cruzadas, acostumbraban a llevar un saquito con una gema de granate, para emplearla en caso de resultar heridos, o de sufrir síntomas de envenenamiento. Los árabes de esta época, vieron en esta gema un trozo de los infiernos.
MALAQUITA
Se estima que las vetas de la malaquita actúan sobre el sistema nervioso humano, como armonizador de los desequilibrios emocionales, mejorando los estados de ánimo y ahuyentando los sentimientos de envidia, las pesadillas y los malos espíritus. Se prescriben especialmente en los casos de agotamiento mental, de tics nerviosos, de insomnio y para todos aquellos que les pueda perder su excesivo orgullo y quieran recibir un baño de humildad. En el juego amoroso, se dice que tiene la virtud de disipar los celos, de hacer volver a los amantes más huidizos o de ser bálsamo para los desengaños. Se tiene por una poderosa piedra de fortuna, ya que se dice que su color verde oscuro absorbe la riqueza hacia su poseedor. Ha estado entre las favoritas de los reyes y nobles durante siglos, por creerse que el brillo de la gema era un fiel reflejo de la inteligencia de su poseedor. Por ello, los gobernantes asirios se hicieron incrustar piezas de malaquita en sus pectorales, al igual que los sacerdotes las llevaban en sus cetros. Se sabe que los generales griegos se ponían brazaletes o sortijas de malaquita al entrar en el campo de batalla para que la gema les inspirase las estrategias más idóneas. En la antigüedad, los romanos la utilizaban como talismán para protegerse del rayo, las caídas y los accidentes. También acostumbraban a atar a los vientres de las mujeres embarazadas lazos con un amuleto de malaquita, con lo que creían controlar los vómitos y los mareos, al tiempo que perseguían un parto menos doloroso. La tradición árabe asigna a la malaquita el poder talismánico de otorgar el don de la persuasión para allanar obstáculos en la consecución de un objetivo. Se le asocia al arcángel Nadiel, ángel de la migración que gobierna el espíritu de Kislev, el tercer mes del calendario judío, equivalente a diciembre. Era una de las gemas fundacionales de la Ciudad Sagrada. Las piezas de malaquita que parecen presentar en su estructura la apariencia del ojo de un huracán, rodeado por vientos verdes giratorios, son las preferidas como amuletos contra el mal de ojo. La cosa viene de antiguo, ya que hace más de seis mil años, los egipcios hacían un cosmético verde para los párpados, con los polvos de la malaquita extraída en la Península del Sinaí, que utilizaban para neutralizar los temidos efectos del mal de ojo. Con el tiempo, este pigmento llamado verde montaña, se utilizó también contra ciertas dolencias oculares, como el glaucoma y las cataratas.
OJO DE GATO
Esta piedra tornasolada debe su nombre a que parece refulgir desde su interior un ojo de gato, gracias a la vena sedosa de luz que se mueve como un relámpago mágico, al girar la piedra. Este destello felino que parece contemplarnos desde las entrañas de la gema, no dejó de inquietar a los primeros pobladores de la Tierra, que optaron por transformarlo en amuleto para canalizar estas fuerzas mágicas en favor de su poseedor. Su característica primordial es que logra reunir en su seno el color de la Tierra con el del Sol. Es pues un símbolo ambivalente, que se dice proporciona respuestas positivas o negativas según las características de la persona que la lleva. Se trata de un amuleto utilizado en todo el globo terráqueo contra el mal de ojo, para alejar a los malos espíritus y neutralizar los encantamientos, especialmente en Suramérica, países árabes e India. También es un talismán muy socorrido para asegurar buenos resultados en asuntos de fortuna y de azar. Por ello se recomienda su uso a las personas que se dediquen a los negocios o a aquellos que quieran probar suerte. Se dice que esta gema favorece la capacidad de observación, la perspicacia, la sagacidad, la habilidad y el control de los propios intereses; al tiempo que proporciona serenidad y paz interior y potencia las fuerzas para superar dificultades. Dicen los expertos en gemología mágica que basta con apretar fuertemente entre los dedos, una de estas piedras pulidas para beneficiarse de todos estos aspectos benéficos que se le atribuyen. En la India se cree que llevando consigo una gema de ojo de gato, su poseedor verá aumentadas su fuerza física, su felicidad, y sus riquezas. Esta civilización cree, además, que esta piedra puede otorgarles la victoria sobre sus adversarios. Y puestos a atribuirles virtudes maravillosas, aseguran que tiene la facultad de salvar al guerrero herido, mediante la estratagema de hacerle aparecer como muerto ante sus enemigos. Signos astrológicos: Los directores espirituales de la India han elaborado un anillo de la suerte que aseguran es de gran eficacia para cambiar las leyes del azar a favor de su poseedor. La gema debe comprarse en miércoles, jueves o viernes, cuando la Luna se encuentre en fase creciente. Deberá montarse en el anillo, de tal manera que por la parte inferior toque la piel. En el aro del anillo debe grabarse el mantra de Ketu en hindú, que se pronuncia como "Aum Kaim Ketave Namah Aum". Antes de utilizar el anillo, debe ser lavado con agua pura de manantial o que haya sido dejada al relente de la noche en un recipiente de cobre. Después hay que colocar el anillo sobre una tela gris en que se haya pintado el mantra de Ketu en rojo. Encima, debe colocarse un cuadrado mágico cuyos números sumen 39 en cualquier dirección. Esta especie de altar debe permanecer una noche con una lamparilla de aceite, pétalos de flores e incienso. Para finalizar el rito, el anillo debe ponerse por primera vez, dos horas después de la puesta de sol.
TURMALINA
Las virtudes de la turmalina se solapan con muy diversas gemas. Y es que su propio nombre procede de una antigua palabra singalesa, turmali, cuyo significado es “mezcla de piedras preciosas”.
Según un simple trozo de turmalina puede cambiar la vida de su dueño. Llevada en el bolsillo, favorece la comprensión del entorno cotidiano. Si está en contacto con la mano, la gema atrae belleza y paz interior hacia su poseedor, a la vez que le procura la realización de progresos personales en su capacidad paciencia, en su sentido de la armonía y en su potencial de meditación. Montada en un pendiente, la turmalina aseguran que trasmite las fuerzas necesarias para realizar los nuevos objetivos que emprenda su portador. En la Roma antigua, se daba por hecho que la turmalina era capaz de disipar el miedo y melancolía, de atraer los favores hacia su dueño y de reunir a los amigos en su entorno. En esta cultura, algunos escritores la tenían como la piedra de las musas, para alcanzar la inspiración. Durante siglos se creyó que esta gema otorgaba a su poseedor los poderes ocultos que puede ofrecerles la divinidad, por lo que en algunos países, como Brasil, su mayor extractor, acostumbran a llevarla las personas dedicadas al culto religioso, y en algún tiempo los obispos en sus anillos pastorales. Todas estas maravillas, se dice que las produce porque la turmalina es una piedra con efluvios muy activos, que tranquilizan la mente y favorecen la pasión amorosa para todos aquellos que sintonicen con esta gema y no hayan podido sustraerse al influjo irresistible de adquirirla. Tanto se espera de esta modesta piedra que son muchos los que aseguran que favorece la comunicación telepática entre dos personas, a la vez que hace de puente de energía entre ellas, para que la más débil reciba el ánimo de la más fuerte. Así que los incondicionales de esta gema acostumbran a frotar la turmalina con los dedos, para seguidamente intentar enviar un mensaje mental al receptor deseado. Ángel relacionado: Tadhiel, también llamado "la justicia de Dios", por haber impedido a Abraham sacrificar a su hijo Isaac, tal como Dios le había ordenado. La gran variedad de las turmalinas permite muy diversas aplicaciones mágicas, según el color que presenten. Por ejemplo, las rosáceas se utilizan para estimular amores apasionados, mientras que las verdes amarillentas, se aplican para favorecer ciertas virtudes, como castidad, templanza y austeridad. Pero como un cristal en ocasiones presenta en sus extremos colores diferentes, con una sola gema su poseedor puede usarla en distintas utilidades mágicas.
Según el poder de atracción mágica de la turmalina no es ajena a sus cualidades magnéticas. En efecto, cuando se calienta ligeramente, al frotarla con una gamuza, la piedra se carga de electricidad, siendo un extremo positivo y el otro negativo. Por ello, los holandeses usaban esta gema para atraer las cenizas de los cuencos de sus largas pipas de tabaco, y el nombre que le dan en su idioma tiene que ver con esta utilidad. Se sabe que Benjamín Franklin, le gustaba jugar con esta propiedad de las turmalinas e, incluso, se mandó hacer un anillo giratorio con esta gema engarzada, para frotarla más fácilmente. Seguramente este juego le dio la idea por la que terminaría inventando el pararrayos.
Piedras Hematite, Acerina o Piedra de Sangre
¿Porque se le conoce como piedra de Sangre? Es fácil, cuando esta piedra es cortada, su fino polvillo si entra en contacto con el agua hace que esta agarre un tilde rojizo.
Se usaba desde el antiguo Egipto, por ejemplo, en esta civilización se dejaban amuletos de esta piedra para facilitar a los muertos el paso de un mundo al otro. Los orientales en cambio, la consideraban una piedra de la suerte en lo referente a asuntos legales y para resguardarse de los demonios.
Es muy pesada debido a su alto contenido de hierro. Como su nombre lo indica “Piedra de sangre” indica sus propiedades para sanar problemas relacionados con la sangre como hemorragias, anemias, etc. Y es favorable para aquellos órganos que filtran la sangre: hígado, bazo y riñones. También se la utiliza para enfermedades del sistema digestivo como así de tumores de mama, quistes ováricos y cánceres de próstata.
Alivia impurezas de la piel, espasmos, tensión en la nuca, dolor de espalda y migrañas. Es buen descongestivo, se aplica en gripes y resfríos. Y Regenera los tejidos, acelerando los procesos de recuperación de intervenciones quirúrgicas e inhibe cicatrices cuando son suavemente masajeadas con la piedra.
USOS Y CREENCIAS DE PIEDRAS EN LA ANTIGUA MESOAMERICA
Muy pocas de las joyas con que se engalanaban deidades y dignatarios del México prehispánico lograron llegar hasta nuestros días; la ignorancia y codicia de los conquistadores destruyeron la mayoría de todos aquellos adornos; sin embargo, el idioma náhuatl conservó para la posteridad la forma en que eran designadas las materias primas usadas en lo que podríamos llamar la suntuaria mexicana. Veamos algunas:
TURQUESA
La turquesa es un mineral de color azul verdoso. Es un fosfato de aluminio y cobre. Su fórmula es: CuAl6(PO4)4(OH)8·5H2O. Es escaso y valioso por su calidad. Ha sido muy apreciado como piedra preciosa y ornamental durante miles de años debido a su color inigualable. En la actualidad, como tantas otras gemas, tiene gran popularidad en el mercado debido a la introducción de tratamientos e imitaciones, algunas muy difíciles de detectar aún por expertos.
La palabra turquesa es muy antigua y de origen indeterminado. Deriva del francés pierre turquoise, significando piedra turca. Se piensa que esto surge de una confusión, ya que en Turquía no hay turquesas, pero eran comercializadas allí, y entonces la gema fue asociada con ese país.
Incluso la más fina de las turquesas es bastante frágil, llegando a un máximo de dureza justo por debajo de 6 en la escala de Mohs, o ligeramente menos que un vidrio de ventana común. Es un mineral criptocristalino y casi nunca forma cristales simples y todas sus propiedades son altamente variables. Su sistema cristalino es triclínico. A menor dureza presenta menor peso específico (oscilando entre 2,9 y 2,3) y mayor porosidad. El brillo de la turquesa es ceroso a casi vidrioso, y generalmente es opaco, aunque puede ser semitraslúcida en pequeñas secciones. El color es tan variable como el resto de sus propiedades, abarcando desde el blanco hasta el azul oscuro y el azul cielo, y desde el azul-verdoso hasta el verde-amarillento. El color azul es atribuido a cobre, mientras que el verde puede ser el resultado de impurezas de hierro o la deshidratación.
La pureza de color es el factor determinante del valor de una turquesa: en general, el color más apreciado es el azul oscuro, decreciendo el valor con el incremento de matices verdosos, el desvanecimiento del color y las manchas. Sin embargo, en el Tíbet se prefieren en color azul más verdoso. Cualquiera sea el color, la turquesa no debe ser excesivamente blanda o calcárea, incluso si está "curada", tal material (que la mayoría de las turquesas poseen) es capaz de desvanecerse o decolorarse después de cierto tiempo y no es apropiado para el uso en joyería.
La roca madre en la cual se encuentra la turquesa algunas veces puede ser vista como una mancha irregular o como una red de vetas marrones o negras que surcan la piedra. Estas vetas pueden aumentar el valor de la piedra, o disminuirlo. Las turquesas con vetas son muy apreciadas en el Sudeste de los Estados Unidos, pero no en Asia, ya que se prefiere la pureza y las piedras sin vetas. La uniformidad del color es muy apreciada, y en las piezas terminadas, la calidad del trabajo también es un factor positivo: como el brillo y la simetría de la piedra. Las piedras ajustadas o calibradas -piedras adheridas a la bisutería ajustando su medida- suelen ser las más codiciadas. Al igual que el coral y otras gemas opacas, la turquesa es comúnmente vendida a un precio acorde a su tamaño en milímetros más que por quilates.
Las turquesas pueden ser tratadas de diversas formas, algunas de manera más radical y permanente que otras. Existen controversias sobre si algunos de estos tratamientos deberían ser aceptables, pero el más aceptado es aquel que mediante la aplicación de cera o aceite se mejora la coloración y el lustre de la gema: si ésta es de alta calidad, absorbe poca cera o aceite, y la turquesa no necesita de este tratamiento para conservar el color y belleza. Ante la igualdad de todos los factores, la turquesa que no han sido tratada siempre será la más cara.
Siendo un material de fosfato, la turquesa es intrínsecamente frágil y sensible a los solventes; los perfumes y otros cosméticos pueden alterar su color, al igual que las pieles grasas. Exposiciones prolongadas a la luz solar también pueden decolorarla o deshidratarla. Deben tomarse ciertos cuidados cuando se utiliza como joya: los cosméticos, incluyendo los bronceadores o protectores solares y el aerosol para cabello deben ser aplicados antes de ponerse los accesorios, y no debe ser utilizada en la playa u otros lugares soleados. Después de su uso, la turquesa debe ser limpiada con un paño suave para evitar la acumulación de residuos, y debe guardarse en un recipiente, aislada de otras piezas, para evitar rayaduras ocasionadas por otras gemas más duras.
La turquesa es una de las primeras gemas conocidas por el hombre. Los egipcios extrajeron la turquesa del Sinaí hace más de 7000 años. Algunas culturas antiguas creían que el azul de la turquesa tenía poderosas propiedades metafísicas.
Un dicho popular asegura que “la mano que lleva una turquesa no conoce nunca la pobreza”. Y es que secularmente ha adquirido reputación de piedra de buena suerte, a la que se le atribuyen potentes valores.
Según los egipcios, esta gema era un antídoto contra las cataratas, mientras que Aristóteles la consideró un amuleto preventivo contra las víboras, por creer el famoso filósofo griego, que la proximidad de la turquesa desactivaba el veneno. En amplias zonas geográficas se considera un efectivo amuleto contra el mal de ojo y otras desgracias. Antiguamente la turquesa era el talismán de los marineros, a los que preservaba de tempestades y naufragios. En otras partes del globo, ha sido utilizada para prevenir caídas de los caballos desbocados, así como otros daños que pueda producir el animal. En algunos lugares, se considera a la turquesa, como guardián de la virginidad de las jóvenes, y por ello recibió el apelativo de piedra de las doncellas. Fue explotado el primero de sus yacimientos, por Isaac, después de que Dios le salvase del puñal sacrificial de su padre Abraham. Y es que, esta piedra es el amuleto más antiguo de la humanidad. Cuatro brazaletes de turquesas, engarzadas en oro, son las joyas mágicas más antiguas que se conocen. Por regalar a la vista el color del cielo azul de primavera, esta gema fue relacionada en muy diversas culturas con la morada de los dioses. En el cristianismo, fue consagrada a San Jorge, el caballero celestial, y por esa misma razón, la tomaron como talismán los caballeros de Oriente. Signo del Zodíaco. Fundamentalmente, se relaciona con los nacidos bajo el signo de Sagitario, aunque también con los Capricornio y Virgo. Correspondencias planetarias y metálicas: Júpiter y cinc; Mercurio, planeta y metal; además de Venus y cobre. Ángel relacionado: Verchiel. Caballo del Sol. En las antiguas culturas prehispánicas de América, la turquesa se relacionó con el fuego. Por ello, una máscara azteca cuajada de turquesas, que se conserva en el Museo Británico, representa a Xiuhtecuhtli, el dios del fuego: En algunos textos se dice que el astro diurno expulsa del cielo a la Luna y a las estrellas con sus armas de turquesa. El folclore de los indios conserva todavía viejas canciones que hablan del caballo de turquesa sobre el que cabalga el Sol con una serpiente de esta gema, como arma.
Se asegura que el sexo de la piedra es el género femenino, debido a que en un principio se denominaba "piedra turquesa", mientras que hoy la primera parte de la locución se sobreentiende. En la vieja Rusia era costumbre regalar un anillo con una turquesa a los recién desposados para que ningún hechizo pudiera frustrar su primer acto sexual, sobre todo la temida ligadura de la agujeta, que inhibía los deseos del varón. Después de propiciar el principal cometido de la noche nupcial, la piedra se encargaba de asegurar una sana y abundante descendencia.
Las virtudes mágicas de las gemas, aseguran que la turquesa languidece cuando su poseedor sufre un desengaño amoroso o enferma, y cambia de color si su dueño llega a morir. La historia, da cuenta de un monarca que fue advertido de su fallecimiento inminente al observar que la tonalidad de la turquesa que llevaba en el anillo iba virando de un azul cielo a un verde suave. Según otra creencia, la turquesa tenía el poder de preservar a su portador de las malas caídas y procuraba a los caballos un paso seguro. Se creía que la turquesa favorecía también la prosperidad. Esta piedra es, en alternancia con el circón, la piedra del nacimiento del mes de diciembre. La turquesa es de naturaleza porosa y está sujeta con frecuencia a impregnaciones y a tratamientos diversos.
El Teoxihuitl o la Turquesa (Hierba de los dioses) es una piedra ampliamente usada en los trabajos de mosaico, de los que venturosamente existen varios ejemplos en el Museo Nacional de Antropología. En el México antiguo, la turquesa estaba reservada a los dioses y no podía ser portada por un simple mortal.
En Asia, la turquesa fue considerada como una protección contra el mal de ojo.
En el Tíbet hasta nuestros días, la turquesa es el más popular de los materiales utilizados como adorno corporal y juega siempre un papel muy importante en las ceremonias religiosas.
En el suroeste de Estados Unidos, los apaches creían que la turquesa ayudaba a los guerreros y a los cazadores a tirar con precisión. Para los zunis, esta piedra protegía de los demonios.
IZTLI – OBSIDIANA
Cristal volcánico muy abundante en el territorio nacional y que fue objeto tanto de tributo como de intenso comercio.
La obsidiana es un elemento de la naturaleza que por su brillo, color y dureza contrasta con el común de las rocas y cristales que integran el amplio mundo de los minerales.Desde el punto de vista geológico, la obsidiana es un vidrio volcánico formado por el brusco enfrentamiento de lava volcánica rica en óxido de silicio. Se clasifica como “vidrio” debido a que su estructura atómica es desordenada y químicamente inestable, razón por la que su superficie tiene una cubierta opaca llamada córtex.
En su apariencia física, y de acuerdo con su grado de pureza y composición química, la obsidiana puede ser transparente, translúcida, brillante y reflejante, presentando coloraciones que van del negro al gris, dependiendo del espesor de la pieza y del yacimiento del que provenga. Así, la podemos encontrar en tonalidades verdes, cafés, violetas y en ocasiones azuladas, además de una variedad conocida como “obsidiana meca”, que se caracteriza por su coloración café-rojiza a causa de la oxidación de ciertos componentes metálicos.Los habitantes del México antiguo convirtieron a la obsidiana en un excelente material para elaborar instrumentos y armas como navajas, cuchillos y puntas de proyectil. Al pulirla, los artistas precolombinos lograron superficies reflejantes en las que elaboraron espejos, esculturas y cetros, así como orejeras, bezotes, cuentas e insignias con los que se decoraban las imágenes de los dioses y se engalanaban los altos dignatarios civile y militares de aquella época.
Aseguran los expertos en gemología mágica que la obsidiana tiene la virtud de guiar al espíritu por las zonas más oscuras del subconsciente, por lo que aconsejan que sólo sean utilizadas por personas de sólido equilibrio emocional.
Se da cuenta de una misteriosa bebida que se preparaba a partir de polvo de obsidiana y que ingerida antes de conciliar el sueño, permitía "ver el origen de todas las cosas". Especialmente, las piezas de este mineral, que presenta un color negro intenso, dicen que son muy adecuadas para alcanzar las experiencias más profundas, si el psiquismo humano se aventura a navegar por sus entrañas, absorbiendo la energía necesaria para arrojar al exterior, todo lo negativo de nuestro ser. La llamada obsidiana nevada, de color blanco y negro, se dice que sintetiza los opuestos: día y noche; luz y sombra; bien y mal; femenino y masculino; Según los ocultistas, el negro absorbe las energías negativas y los copos blancos proyectan los potenciales positivos. Desde muy antiguo, los magos, han venido recomendando llevar una piedra de obsidiana en una bolsita o colgada del cuello, para atraer la buena suerte y alejar a los vampiros psíquicos, que son esas personas que supuestamente viven de la energía que succionan a los demás. Para paliar los daños que se creía producían los eclipses en los embarazos, desde muy antiguo, las mujeres utilizaban un trozo pulido de obsidiana. Se lo aplicaban al vientre para que su frío contacto neutralizase los efectos "calientes" de la ocultación transitoria del Sol. Esto ocurría en Europa, mientras que en el México anterior al descubrimiento, curiosamente las mujeres encintas se ponían un pedazo de esta piedra en la boca para alumbrar felizmente. Estas utilidades maravillosas de la obsidiana datan de la prehistoria. En el interior de los monumentos megalíticos, se han encontrado objetos mágicos de obsidiana, destinados a ritos mágicos y religiosos. Todavía hoy, son muy apreciadas las pulseras tibetanas, tan de moda en la actualidad, que están hechas de obsidiana, dado que la vieja cultura china cree que este mineral tiene la virtud de potenciar la sabiduría de aquellos que las portan.
Con el inicio de los primeros pobladores de la Tierra, hace mas de 33,000 años, aparece la obsidiana como una piedra que ayuda al hombre para la sobre vivencia, el desarrollo de las culturas y como guía espiritual de los pueblos.
En México, esta piedra cobra la máxima importancia de su existencia en este planeta, ya que es a partir de las primeras culturas indígenas que ella ya aparece como instrumento de apoyo para la cacería y captura de animales para la alimentación, la fabricación de instrumentos de defensa de los pueblos en las luchas y guerras, como instrumento estético para cortar el cabello, las telas, para la preparación de los alimentos, como instrumento de ornato y decoración, para la curación y las cirugías que se practicaban en el cuerpo humano y también como instrumento ritual de poder.
Tanto la cultura teotihuacana, como la mexica y la maya, se estructuraron en función a la existencia de la obsidiana, ya que estas demandaban enorme volúmenes que requerían las sociedades, que entre mas desarrolladas mayor extracción, distribución, redistribución y utilización implicaron para esta magna piedra, que permitió su desarrollo a partir de actividades organizativas mayores, conocimientos especializados y una serie de concepciones mágico-religiosas.
El sistema del proceso tributario que se estableció desde el norte de México: Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, hasta Guatemala, El Salvador y Honduras fue de mayor implicación en la fabricación de artículos de obsidiana como sus armas, constituidas por la honda, los lanzadores, la espada con hojas de obsidiana, lanzadores de 3 puntas, la lanza corta, la espada ancha, la porra de madera, el arco y la flecha; entre los artículos de trabajo estaban las navajas, los cuchillos, las hachas y los punzones. Entre los artículos de manufacturación fina se encuentran los collares, orejeras, pectorales y adornos corporales. Como artículos rituales manufacturaron punzones, navajillas prismáticas, el cuchillo sagrado de sacrificio, recipientes sagrados, mascaras, excéntricos y espejos.
La obsidiana constituyó la parte medular de la existencia de las culturas mesoamericanas por cientos de años, hasta el surgimiento de la conquista española, y a pesar de que Fray Bernardino de Sahagún en su obra Las Cosas de la Nueva España describe mayormente la forma en la que las culturas prehispánicas vivían, menciona la importante dimensión de la obsidiana en la vida diaria. Mas sin embargo es en el aspecto religioso donde el impregna de miedo la psique de los indígenas al tratar de alejarlos de aquellos dioses “demoníacos” que representaban un aspecto negativo u oculto del ser: La Sombra.
La obsidiana juega un papel de trascendencia sin igual ya que es el camino a nuestra verdad. Es la energía que nos habilita de una forma segura, resguardada a través del rayo azul de protección del Arcángel Miguel y que se hace conciente para ver todas las partes rechazadas, o incluso talentos ocultos que residen en nuestro inconsciente y que para avanzar en nuestra vida han de emerger.
Cuando la obsidiana se rompe y sus fragmentos se golpean entre sí, su sonido es muy peculiar. Para los indígenas tenía un significado especial y comparaban el ruido precursor de las tempestades con una corriente de agua impetuosa. Entre los testimonios literarios al respecto está el poema Itzapan nonatzcayan (“lugar donde crujen en el agua las piedras de obsidiana”).“Itzapan nantzcaya, la terrible morada de los muertos, donde el cetro Mictlantecutli empuña majestuoso.Es la postrer mansión de los humanos, allí mora la luna, y a los muertos melancólica fase los alumbra:es la región de piedras de obsidiana, con gran rumor sobre las aguas crujen y rechinan y truenan y empujan y forman tempestades pavorosas”. Con base en el análisis de los códices Vaticano Latino y Florentino, el investigador Alfredo López-Austin concluyó que, de acuerdo con la mitología mexica, el octavo de los niveles que componen el espacio celeste tiene esquinas de lajas de obsidiana. Por su parte, el cuarto nivel del camino de los difuntos hacia el Mictlán era de un espectacular “cerro de obsidianas”, mientras que en el quinto “predominaba el viento de obsidiana”. Finalmente, el noveno nivel era el “lugar de obsidiana de los muertos”, un espacio sin orificio para el humo llamado Itzmictlan apochcalocan. Actualmente persiste la creencia popular de que la obsidiana tiene algunas de las cualidades que se le atribuían en el mundo prehispánico, por lo que aún se considera una piedra mágica y sagrada. Además, por ser un mineral de origen volcánico se le relaciona con el elemento fuego y se considera una piedra de autoconocimiento con carácter terapéutico, es decir, una “piedra que actúa al igual que un espejo cuya luz hiere a los ojos del ego que no desea ver su propio reflejo”.
CHALCHIHUITL – JADE O JADEITA
La palabra jade no la usaron las culturas mesoamericanas. Para referirse al mineral los aztecas le llamaban chalchíhuitl y los mayas se referían a el usando la palabra yax que significa "numero uno", "el primero", "el mas fino", y también "verde resplandeciente" (Ridinger, 1997).
El termino actual es una deformación del nombre que los españoles le dieron: "piedra de ijada" o "piedra de riñones", porque supuestamente curaba los dolores en esas partes del cuerpo. Los franceses tradujeron este nombre como pierre ejade, o simplemente, jade.
Los principales usos que los pueblos mesoamericanos le dieron al jade fueron: funerario, ornamental, ritual y utilitario. El jade tiene como propiedades importantes dureza, resistencia mecánica y durabilidad, razón por la que se le adjudicaron connotaciones tan especiales como el símbolo de la respiración, y por lo tanto, de la vida. También se asocio a la fertilidad y al poder político.
Históricamente, el jade fue un mineral valioso, ampliamente utilizado antes que la turquesa, la cual lo sustituyo a partir del período Clásico (100-900 d. C.). El jade lo usaron los olmecas, los mayas y los aztecas. Cuando esta pulido, el jade aparece como un mineral verde oscuro o blanco verdoso, constituido por jadeíta o nefrita. A su vez, la jadeíta es un silicato, cuya formula es NaAl(SiO3)2 y la nefrita es CaMg(SiO3)2. Estos minerales contienen impurezas, las cuales proporcionan la coloración de la piedra. Si la impureza es cromo, la jadeíta es verde claro, si es cobre y hierro, es verde oscuro. El manganeso le da un tono negro y el hierro (Fe(II)) un tono azul; el cobalto y el níquel juntos le dan un color verde azulado. El jade de las piezas arqueológicas encontradas en México proviene de minas de Guatemala, y en estas solo se ha hallado jadeíta.
Existen diferentes variedades de jade, las cuales los antiguos lapidarios tenían bien clasificadas y sabían distinguir. Así, en las zonas alejadas y de menor importancia del reino de los mexicas se han encontrado ofrendas funerarias consistentes en jades de menor calidad: serpentina ((Mg,Fe)3Si2O5(OH)4), crisoprasa (un silicato de níquel) o aventurina (cuarzo que contiene hematita o mica como impurezas). El jade mesoamericano o jadeíta es distinto del jade chino o nefrita. Por sus propiedades de dureza y brillo, la jadeíta (silicato de aluminio y sodio) es más valiosa que la nefrita (silicato de magnesio, calcio y hierro). Una de las diferencias mas importantes entre el jade y la turquesa es que el primero se tiene que pulir (al igual que muchas otras gemas) para adquirir esa apariencia brillante y coloración intensa, cosa que no es necesario hacer en el caso de la turquesa. El proceso de extracción del jade de las minas sigue siendo a la fecha un secreto, aunque fray Bernardino de Sahagún proporciono información útil para encontrar piedras preciosas, como el jade:
Hay personas que conocen donde se crían (…), y es que cualquier piedra preciosa, donde quiera que esta, esta echando de sí vapor o exhalación como un humo delicado, y este humo se aparece cuando quiere el sol salir (…) y los que las buscan (…) ponerse en lugar conveniente (…) y miran hacia donde sale el sol, y donde ven salir un humito delicado, luego conocen que allí hay piedras preciosas, o que ha nacido allí o que ha sido escondida allí… (Sahagun, 1979).
Según lo descrito, los pueblos mesoamericanos desarrollaron una tecnología avanzada para la purificación de los metales y la formación de aleaciones durante la época prehispánica. Esta tecnología fue el resultado del intercambio tanto de los minerales como de las técnicas empleadas en la purificación en sus lugares de origen. Así, existe evidencia de que algunos de los conocimientos en metalurgia fueron heredados de las culturas de Colombia, Perú y Ecuador entre otros. Los objetos mesoamericanos de bronce son muestra del dominio y la perfección de la metalurgia, ya que se sabía en que proporciones se debían mezclar determinados metales para obtener como resultado propiedades específicas como color y dureza. Seguramente, esta fue una de las grandes sorpresas de los españoles a su llegada a América. La importancia de las piedras y los minerales en Mesoamérica radicaba no sólo en los usos que se les daba sino en que en muchos casos se les relacionaba con el Universo. Entre la larga lista de minerales y piedras que los pueblos mesoamericanos utilizaban, sobresale el jade, que es una piedra verden o verdeazul. Era considerada como símbolo de vida y más valorada que el oro. En el México prehispánico, el jade era la piedra en que se concentraban las máximas fuerzas divinas. Es la piedra con vida y la que da vida, porque se identifica con el agua, con la vegetación, con el sol y el sustento.
Ninguna otra sustancia tiene su sacralidad, ninguna otorga una protección más completa. Entre los mexicas era conocida como Chalchihuite, y sabemos que era más apreciada que el oro. No hay duda, gracias al Cronista de la Conquista, Bernal Díaz del Castillo, acerca del valor que tenía el jade en relación con el oro. Según relata, durante la "Noche triste", Hernán Cortés, después de apartar para sí su parte del tesoro de Moctezuma, distribuyó el sobrante a sus soldados; y muchos cargados de oro se ahogaron en los canales de México Tenochtitlán. Bernal, en cambio, sabía que en el cimiento de la pirámide de Tlatelolco "echaron oro y plata y piedras de chalchihuites ricas", y cuánto estimaban a éstas los mexicanos. "Yo digo", escribe el cronista,"que nunca tuve codicia del oro sino procurar salvar la vida, porque la teníamos en gran peligro; mas no dejé de apañar de una petaquilla que allí estaban cuatro chalchihuites, que son piedras muy preciadas entre los indios... los cuales me fueron muy buenas para curar mis heridas y comer del valor de ellos".
Hay que enfatizar que el valor del jade no era sólo material. Por su color verdeazul, que es el del agua, el jade era la representación de la diosa del agua, Chalchiuhtlicue, "la que tiene su falda de chalchihuites".
Las piedras, más que un emblema, eran consideradas fracciones de la diosa y como tal objeto de profunda veneración. El agua equivale a vegetación, y ésta a sustento: maíz, frijol, chile, nopal, frutos. Verde es el color de la vegetación: color mágico y sagrado.
La arqueóloga Mary Louise Ridinger, en su artículo "El Jade", hace una buena analogía de lo que significaba para los pueblos prehispánicos: "Desde hace cien años, la compañía De Beers ha usado el lema: Los diamantes son para siempre, con el propósito de simbolizar un regalo de amor duradero". Un príncipe maya habría dicho a su prometida: "Mi amor por ti es tan eterno como el jade. El jade de los olmecas, mayas y aztecas tendrá la misma apariencia dentro de cuatrocientos mil millones de años que la que tiene hoy en día, sí es que nuestro planeta todavía existe". El jade se utilizaba con varios fines: ornamental, funerario, utilitario, terapéutico y ritual.
EL JADE COMO USO ORNAMENTARIO
Tal vez sean los mayas los que utilizaron con más frecuencia el jade. Desde el punto de vista ornamental, hicieron espléndidos collares, brazaletes, orejeras, narigueras, diademas, tobilleras y bezotes.
Estos últimos se colocaban en una pequeña perforación lograda entre la boca y el mentón. Otro de los usos que le dieron al jade, la mayor parte de las culturas de Mesoamérica, son las incrustaciones en los dientes. De acuerdo con los cronistas, el uso del jade estaba reservado para las clases dominantes, según narra Sahagún, quien afirma: "...es señal de que es persona noble el que la trae..." a los macehuales (o sea la gente del pueblo) no les era lícito usarlas. Podemos deducir entonces que, las incrustaciones dentales se destinaban a las personas de más alto rango social, que debían conservar su poder y su prestigio. Es probable que la vista de esa piedra sagrada en la boca de los más altos personajes, cuando éstos hablaban o reían, produjera un impacto psicológico en el común de las personas y contribuía a mantener el respeto por su jerarquía.
EL JADE CON FINES UTILITARIOS
Los mayas y los olmecas llegaron a utilizar el jade en la manufactura de herramientas como hachas y puntas de flecha; algunos investigadores señalan que tal vez le dieron ese uso por su dureza.
Sin embargo, otros opinan que aun cuando tenían forma de herramientas, nunca fueron utilizados para tal fin, sino que su uso fue ritual, y se hicieron como ofrenda de algún personaje importante.
También lo utilizaron para la fabricación de hachas, puntas de flecha. En el libro de las hierbas medicinales de los indios, de Martín de la Cruz, curandero azteca de Xochimilco, y que fue traducido del náhuatl al latín en 1552 por Juan Badiano, se menciona ocho veces la piedra verde como ingrediente adicional en medicamentos vegetales y animales. Los quetzalitzi son los jades muy pulidos y sin mancha alguna, que en la medicina se usaban para combatir el cansancio delos funcionarios.
Las culturas maya, olmeca y zapoteca fueron las que utilizaron con más frecuencia el jade con fines funerarios. Entre sus usos más extendidos están las máscaras funerarias, tal vez porque, como ya mencionamos, el jade representaba la vida eterna. Es famosa la máscara de jade que representa al Dios Murciélago, y que fue encontrada en Monte Albán, lo mismo la máscara de jade del Señor Pacal, en el Templo de las Inscripciones en Palenque. Más recientemente, en Calakmul, Campeche, fue hallada una espléndida máscara de jade en una tumba. Famosas también son las cabezas de Jade de la cultura olmeca, que provienen del periodo conocido como Preclásico, y que se calcula que son del año 450 d.C.
JADE RITUAL
De acuerdo con las evidencias encontradas hasta la fecha, parece ser que los mexicas fueron los que utilizaron más el jade para esculpir a sus dioses, o bien para elaborar utensilios destinados a la ofrenda de ellos.
Para olmecas, mayas y aztecas, el jade concentraba las fuerzas divinas y valía más que el oro.
Para tallar el jade, los mayas usaban un abrasivo hecho con polvo de jade, rubí o granate mezclado con grasa de origen animal, que aplicaban al área que querían cortar, frotándola luego con una pieza de la dura obsidiana o madera en forma de cuchilla.
Dicen las crónicas que cuando Hernán Cortés y Moctezuma se encontraron, éste le obsequió con dos cuentas de jade imperial, de color verde claro, el más brillante y valioso, y le recomendó que no lo entregara más que a su rey, pues cada cuenta valía más que “dos cargas de oro”, lo que prueba la importancia de esta roca entre culturas posteriores, como la azteca. Al parecer, piratas franceses atracaron el navío de regreso a Europa, y nunca se supo qué pasó con aquellas piezas invaluables.
Aunque los olmecas (Golfo de México, 1.800 – 200 AC) fueron los primeros en tallar el jade, la presencia del mismo en sus áreas costeras del golfo de México fue escasa y lo obtenían por intercambios comerciales. Los mayas (Sur de México y Guatemala, desde el año 1.000 AC), por el contrario, extraían el jade en abundancia de las canteras de Sierras de las Minas, en el valle de Motagua, en el Oriente de Guatemala, que aún hoy es, junto con Rusia y Birmania, una de las fuentes más importantes de jadeíta a nivel mundial. Estas minas de Guatemala quedaron ocultas y perdidas durante la Conquista, y fueron redescubiertas a mediados del siglo XX. Desde entonces, museos del jade como el de la ciudad guatemalteca de Antigua reproducen piezas mayas y elaboran joyas que atraen a turistas.
Máscaras mayas
Los mayas veneraban el jade como elemento funerario de reyes y nobles, a quienes enterraban con maravillosas máscaras de tamaño natural colocadas sobre el rostro, el cual a su vez portaba un trozo de esta gema en la boca: pasaporte hacia el cielo cuando el espíritu saliera por la boca. El jade facilitaba la ascensión al más allá, era un bien supremo en las ofrendas divinas en forma de collares, brazaletes, tobilleras, orejeras, piezas decorativas, vasos funerarios, máscaras, estatuas y herramientas. Para tallar el jade, los mayas usaban un abrasivo hecho con polvo de jade, rubí o granate mezclado con grasa de origen animal, que aplicaban al área que querían cortar, frotándola luego con una pieza de la dura obsidiana o madera en forma de cuchilla. Para hacer agujeros el proceso era el mismo, sólo que la herramienta empleada era la punta del bambú, atada en ocasiones a un arco para facilitar la perforación. De este modo, se podían cortar dos milímetros por hora. Observando la magnificencia y laboriosidad de las piezas, uno comprende el tiempo invertido en cada una, a veces años.
FINES TERAPEUTICOS
Por su parte, los mexicas o aztecas denominaban al jade Chalchihuite, y fueron quienes más lo utilizaron para esculpir dioses y utensilios ofrendados a los mismos. Los aztecas apreciaban sobre todo el jade de color verde esmeralda translúcido, que llamaron quetzalitzli, por su semejanza al color de las plumas del ave quetzal.
APOZONALLI – ÁMBAR (ESPUMA DE AGUA)
El ámbar una forma fosilizada de resina vegetal, se utilizó en la época prehispánica para hacer pendientes, cuentas para collares, unos cilindros que contienen también elementos de jade o de concha, orejeras de carrete como las que aparecieron en la Tumba 7 de Monte Albán que tenían casi 12 centímetros de diámetro, discos para narigueras y otro tipo de ornamentos como los mosaicos.
Desde el punto de vista arqueológico -precisa Lowe- hemos encontrado que las evidencias más antiguas del uso del ámbar vienen de la región olmeca, en la zona arqueológica de La Venta, alrededor del año 500 aC. También hay en El Mirador y Chiapa de Corzo. Del periodo Clásico aparecen evidencias en Toniná, por ejemplo. Pero el uso más frecuente fue durante el periodo Posclásico. Hay objetos de ámbar tanto en el altiplano central, en lugares como Tlatelolco y en el Templo Mayor, como en Oaxaca y en general en el área maya. El tipo de adornos más común eran unos discos que se usaban como narigueras en un agujero que se practicaba en el séptum de la nariz. Los simbolismos varían según la región. Entre los chiapanecos estas narigueras de ámbar sólo podían ser usadas por los más ancianos del pueblo. En cambio, en el norte de la península de Yucatán, tales adornos eran utilizados por las mujeres.
El ámbar es muy vulnerable, "Como se trata de una sustancia orgánica es propensa a sufrir daños tanto por estar expuesta a la intemperie como por las técnicas de conservación recientes. Muchos de los hallazgos que se hicieron en épocas tempranas ya no existen. Al estar expuesta al oxígeno, la pieza se oxida y tiende a desintegrarse. De ahí la importancia de conservarla en un ambiente adecuado y de evaluar cuidadosamente la aplicación de sustancias consolidantes o adhesivas. El ámbar es una material frágil y objeto de leyendas. Otro problema es que el ámbar no siempre se identifica correctamente. A veces lo identifican como resina vegetal o como copal y no como ámbar."
El ámbar se utiliza habitualmente incrustado en oro o plata para crear piezas de joyería. Desde la época prehispánica, Chiapas ha sido una importante fuente de este material, que puede ser duro o quebradizo, opaco o transparente, y ocasionalmente, veteado.
El ámbar no es una piedra preciosa. Se puede estudiar desde la botánica, la química o la paleobiología. En su origen era la goma de un árbol de una leguminosa que al quedar sepultada en un medio libre de luz y oxígeno se fosilizó a lo largo de más de 20 millones de años.
Durante la época prehispánica, el ámbar se convirtió en un símbolo de estatus. Los mexicas, por ejemplo, lo traían de la costa de Chiapas para el uso de comerciantes y guerreros distinguidos. Eran los "bezotes" que tanto impresionaron a los empresarios-aventureros de la tropa de Hernán Cortés.
La idea de estudiar el ámbar, explica Lynneth S. Lowe, surgió al recuperar unos ejemplares de ese material durante una exploración arqueológica en el sitio Cimientos de Las Margaritas, Chiapas.
Hace unos dos años, comenta la arqueóloga del Centro de Estudios Mayas de la UNAM, se obtuvo la Norma Oficial Mexicana (NOM), que ya lo identifica como ámbar de Chiapas, con lo que se le ha dado más valor a este material. Desde la época prehispánica los mexicas tenían su propia clasificación del ámbar: Era su NOM. Distinguían el ámbar amarillo que parecía tener fuego en su interior; el ámbar quetzal, de color verdoso, y el menos apreciado, blanco, con nubosidades, al que nombraban apozonalli, que significa "burbujas de agua", como se puede ver en el Códice Florentino.
Para los fines de su investigación, Lowe comparó muestras de ámbar de varias partes del mundo, prestadas por la universidad estadounidense de Oregón, e intervinieron los enigmáticos aceleradores de partículas del Instituto de Física de la UNAM para llevar a cabo lo que técnicamente se llama "análisis de procedencia". Sobre el ámbar se habían realizado análisis de tipo químico y de espectroscopía de resonancia nuclear magnética del carbono 13, pero a través de ellos no era posible distinguir los diferentes yacimientos mexicanos. Gracias a una técnica nueva del Instituto de Física de la UNAM denominada pixe, la arqueóloga Lowe, con la colaboración del físico José Luis Ruvalcaba, pudo obtener un espectro que identifica los materiales. Con base en esto, se pudieron hacer asociaciones y proponer que lo más posible es que las piezas de ámbar encontradas en Las Margaritas procedan de Totolapa. Se trata de un análisis provisional, advierte Lowe: "Faltan más pruebas, pero el trabajo ha resultado bastante productivo."
Para el estudio del ámbar chiapaneco -abunda Lowe- nos servimos de los datos arqueológicos, pero también de los etnohistóricos que aparecen en las fuentes coloniales (crónicas de viajes, de clérigos), así como de la información actual acerca de las minas de ámbar, especialmente en la zona norte de Chiapas, donde esta resina sólida se ha explotado de forma tradicional.
Es cálida y hermosa, pero el ámbar también es una de las resinas fosilizadas en piedra más fascinantes que existen, la única de origen vegetal. Se caracteriza por su aspecto lustroso y su hermoso color amarillo, aunque también se encuentra de color naranja, rojo y azul verdoso, entre otros.
Su nombre proviene del árabe y significa "aquello que flota en el mar", debido a que antiguamente, se pensaba equivocadamente que el ámbar venía del mar. Pero lo que es realmente fascinante es el origen de esta hermosa piedra. Los científicos afirman que millones de años atrás, los árboles comenzaron a rezumar resina, una especie de líquido gelatinoso, para protegerse de heridas a su corteza, enfermedades e infestaciones de insectos. El tiempo pasó y la resina se endureció, convirtiéndose en lo que ahora es una hermosa gema, la cual cuenta con 30 a 90 millones de años de existencia y ahora se encuentra sepultada bajo grandes sedimentos rocosos. Como resina fósil, el ámbar se distingue de otras piedras preciosas y gemas.
Existe evidencia de que, durante la Edad de Piedra, los seres humanos llegaron a utilizar el ámbar como amuleto y existe la posibilidad que incluso, la hayan venerado. Esta característica hace que el ámbar guarde especial importancia para geólogos y paleontólogos, quienes la analizan como evidencia de la vida durante la época prehistórica.
En los tiempos previos a la conquista, los pueblos indígenas utilizaban el ámbar como ofrenda a sus dioses. A lo largo de la historia, el ámbar también se ha utilizado como remedio medicinal. En la antigüedad, por ejemplo, se mezclaba el ámbar en polvo con miel y se tomaba para aliviar problemas respiratorios y otros malestares y enfermedades. El ámbar también se usaba para aliviar los dolores de cabeza y demás dolores del cuerpo.
Esta piedra incluso fue utilizada para minimizar los síntomas de la peste negra durante el siglo XIV. Por otro lado, durante la Edad Media, se elaboraban collarines que se utilizaban para preservar la castidad y para protección contra las "fuerzas del mal". De alguna manera, el ámbar siempre ha sido utilizado como talismán.
Por su parte, cuando los griegos y romanos emprendían un largo viaje, acostumbraban llevar consigo una piedra de ámbar para protección. Ellos también creían que esta piedra ayudaba a conservar la juventud del cuerpo y del alma. Por otro lado, los egipcios acostumbraban colocar una piedra de ámbar en el sarcófago de un ser querido para que sus dioses conservaran al cuerpo lo mas íntegro posible.
Hoy en día, el ámbar continúa siendo, para muchos, una piedra de buena suerte. Muchas personas utilizan el ámbar como protección contra el "mal de ojo", mientras otras le atribuyen ciertos poderes, como el de atraer el éxito, ayudar a resolver conflictos, aliviar ciertas condiciones médicas e incluso, fortalecer el aura a todo aquel que la porte. Actualmente, los mayores depósitos de ámbar se hallan en la región escandinava de Europa y también, en la República Dominicana y México.
En la República Dominicana, se encuentran algunos de los yacimientos de ámbar más ricos del mundo, particularmente en las provincias de Santiago y Puerto Plata, ambas ubicadas al norte del país.
Mientras tanto, en México, el mayor depósito de ámbar se encuentra al sureste, en el estado de Chiapas. Allí, la elaboración del ámbar es una tradición que data desde la época prehispánica.
En estos países latinoamericanos, el ámbar forma parte de una importante actividad artesanal. En ambos lugares, muchas familias se dedican a esculpir esta resina a mano, convirtiéndola en componente de hermosas joyas, reconocidas mundialmente no sólo por su belleza sino por su calidad. Parte de lo que distingue al ámbar latinoamericano es que a diferencia del ámbar de otras regiones, suele contener grandes cantidades de inclusiones. Es decir, el ámbar contiene en su interior pequeños hongos, flores, mariposas, arañas, mosquitos, e incluso ranas y lagartos. Resulta que millones de años atrás, cuando los árboles comenzaron a producir resina, durante el proceso en el que esta escurría por sus troncos, atrapaba a hojas, semillas e insectos. De esta forma, estos quedaron, en cierto modo, petrificados dentro del ámbar, algo que se considera una rareza y se aprovecha para crear joyas y piezas de arte. Por todo esto, se puede decir que el ámbar, conocida también como la "lágrima del sol" es, además de un talismán y una bella joya, un hermoso regalo de la naturaleza.
PIRITA
Mirarse en un espejo es conocerse, reconocerse, y admirarse; sin embargo, para los antiguos habitantes de Mesoamérica los espejos eran más que unos simples objetos de uso cotidiano; los concebían como algo mágico con el cual podían, además de adivinar el porvenir, comunicarse con sus ancestros, sus dioses y con el ¿otro mundo?
Dichos instrumentos no eran utilizados por toda la población, su carácter mítico reducía su uso a las grandes ofrendas colocadas en los monumentos de la ciudad, así como por los gobernantes, destacados guerreros y gente de élite, pues proporcionaban estatus.
Por sus cualidades (adivinatorias, fuente de conocimiento y como puerta de entrada al otro mundo), en las culturas olmeca, tolteca, maya y teotihuacana, entre otras, el espejo, hecho en ese tiempo de pirita, un mineral metálico de color amarillo y con formas geométricas cúbicas, octaédricas o dodecaédricas casi perfectas, se concebía como un objeto que mostraba más que un simple reflejo de la realidad.
Grégory Pereira, investigador nos dice que las formas expresivas en México, Centroamérica y el Suroeste de Estados Unidos: dinámicas de creación y transmisión, que forma parte de una red internacional de investigación, bajo la tutela del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al mirarse en el espejo de pirita uno se veía, inevitablemente transformado, fraccionado por las múltiples incrustaciones que lo componían.
El espejo de pirita era conocido desde la época olmeca, en ese entonces, estaba hecho de una sola pieza que se caracterizaba por tener una superficie cóncava y era utilizado, probablemente, como parte de las ofrendas.
Sin embargo, su apogeo y distribución en Mesoamérica, señala el investigador en el artículo La materia de las visiones: consideraciones acerca de los espejos de pirita prehispánicos, publicado en el más reciente número de Diario de Campo, publicación interna de la Coordinación Nacional de Antropología, corresponde al clásico temprano (150/200-600d.C) y parece estrechamente vinculado con Teotihuacan.
Este nuevo material se acompaña con varias innovaciones técnicas. Ya no se trata de elementos tallados en una sola pieza, sino de artefactos conformados por diversos compuestos. Constan de una base circular, a veces cuadrada, realizada a menudo con pizarra o arenisca sobre la cual se aplica un mosaico formado por incrustaciones poligonales de pirita.
Además de Teotihuacan, la ciudad de los dioses, los espejos, fueron utilizados con gran interés en el mundo maya, muestra de ello es la gran cantidad de estos objetos reportados en el sitio arqueológico de los Altos de Guatemala, la influencia llegó, incluso al norte de Michoacán y el Bajío, hasta las regiones norteñas de Zacatecas.
Durante el clásico tardío o epiclásico (600-900 d.C.) y, pese a la caída de Teotihuacan, los espejos se siguieron utilizando en diversas regiones de Mesoamérica.
Grégory Pereira menciona que para el postclásico temprano, estos artefactos fueron transformados. Las exploraciones en Tula y Chichén Itzá revelaron la existencia de espejos de grandes dimensiones, ahora elaborados en discos de madera y sobre los cuales se colocaron complejos mosaicos, que además de pirita tienen otros materiales como la turquesa, además de metal. En esta época los espejos están vinculados con el sol.
La asociación que se da en este periodo, entre el espejo y el sol, se debe a las propiedades físicas de la pirita entre las que destaca la capacidad que tiene ese material para producir fuego. El espejo, por lo que se puede apreciar, desempeñó otro tipo de funciones de las que actualmente tiene, significó la puerta de comunicación con los dioses o ancestros, y por lo mismo, fungió como una fuente de conocimientos ocultos, oráculos o presagios, ya que de él podían emerger, según lo demuestran algunos textos e imágenes, seres procedentes de otros mundos.
ACERINA
En agosto de 1994, en Quintana Roo, las exploraciones en el templo del Búho condujeron a un descubrimiento singular. La sepultura de un personaje importante en el interior del templo.
El entierro del Templo del Búho fue localizado en una cámara, al pie de una escalera interior que comunica la parte más alta del edificio con el nivel en que se encuentra la cámara, a la altura de la Plaza Xibalbá. Ahí, ante los ojos de los arqueólogos, quedaron al descubierto los restos de una mujer que portaba un collar de cuentas de concha con tres pendientes de jade, un par de orejeras y otra cuenta acomodada en la boca, elaboradas en la misma piedra. Sus dientes lucían incrustaciones y como pectoral, los deslumbró una bella concha con un par de perlas naturales, grabada y con incrustaciones de jade, acerina, pirita y concha nácar, considerada una de las piezas mayas del Clásico más bellas que se han encontrado.
La ofrenda también contenía vasijas, navajas de obsidiana verde, un collar de 25 caracoles, un disco-espejo y una tablilla de madera estucada con dibujos tipo códice. Una de las vasijas tiene plasmada en su agarradera la figura de un búho con las alas desplegadas. Es el elemento que dio nombre al Edificio I: el Edificio del Búho (Enrique Nalda. El Universal, Ciudad de México. Viernes 11 de julio: 2008).
OPALO.
Del hahuatl tequetzali tzil o Huitzitziltecpatl (colibrí de piedra)
Por su fragilidad, el tallado en la época prehispánica representó un logro tecnológico muy importante. El ópalo de fuego es una de las gemas que mejor representa a México y sus principales minas se encuentran en el estado de Querétaro.
En términos científicos el ópalo es un sílice hidratado, una especie de gel mineral formado de partículas de sílice con agua solidificadas por la acción de algún catalizador natural. Si bien algunos bancos opalíferos como los de Australia tienen un origen sedimentario, la mayoría, incluidos los mexicanos, son volcánicos. De acuerdo con esta teoría, durante el movimiento de las placas continentales del planeta durante la última orogenia, los oceános prehistóricos que por entonces cubrían el centro del país se retiraron poco a poco dando paso a tierra firme y a una creciente actividad volcánica. Cuando el magma emergió del centro de la tierra, lo hizo en diferentes momentos y fue creando capas de lava que se mezclaron con agua y dieron origen a pequeños mantos del mencionado gel mineral.
Al endurecerse y convertirse en roca madre cada una de estas capas, se formaron burbujas de aire entre ellas, algunas de las cuales se llenaron del sílice hidratado, acuoso, propio de la mezcla del magma con el agua de los paleo-oceános; tras la acción catalizadora de las tormentas eléctricas y las posteriores glaciaciones de la era geológica, el gel de sílice hidratado se solidificó para dar paso a las variedades de ópalo que hoy se encuentran en las pocas zonas opalíferas del mundo.
Con todo, la estructura molecular de los ópalos, sea de orígen volcánico o sedimentario, es la misma: SiO2 + H2O, sílice hidratado y endurecido por catalizadores naturales. Por una parte, en el porcentaje de hidratación de cada una, por lo que de acuerdo con el porcentaje de agua –fluctuante de 3 a 13%– varía la transparencia y dureza de la gema: entre más agua será más opaca y suave, y entre menos agua más dura y transparente. En la Escala de Mohs la dureza puede variar de cinco a 6.5, medida en la que los mexicanos ocupan el primer lugar. El color responde a la presencia de uno o varios minerales en la molécula de sílice hidratado, como el hierro, que en dependencia del porcentaje incluido torna a la gema de ligeros tonos amarillos hasta rojos intensos, como en los llamados ópalos de fuego mexicanos; por su parte, el cobre los vuelve verduzcos, mientras que el níquel los hace azulados. Puede haber combinaciones entre estos minerales, lo cual da lugar a una gama de coloraciones que caracterizan cada variedad.
Quizá lo que mejor identifica a esta gema es la presencia del fenómeno de difracción multicolor llamado iridiscencia, que no debe confundirse con la opalescencia. Esta maravillosa propiedad se debe a que en algunos ópalos el sílice acuoso, constituido de microscópicos cristales esféricos llamados lepísferas, se agrietó antes de solidificarse por completo hace miles de años. En dichas fracturas las lepísferas se reordenaron de manera irregular provocando delgadísimas películas en las que la luz blanca se difracta y transforma en el iridiscente espectro multicolor que se nos presenta mediante ”flashazos” al observar un ópalo en ciertos ángulos bajo la luz solar o blanca. Entre las variantes descritas hay varios tipos: Ópalo noble. Conocido también como blanco, de leche o australiano, por provenir del continente donde más abundan, es de origen sedimentario y por ende uno de los más raros y apreciados por los gemólogos. Debido a su alta hidratación es opaco y presenta un aspecto blanco-lechoso con difuminados. La presencia de intensas vetas iridiscentes de colores azul, verde o aguamarina se debe a la alta presencia de níquel, cobalto y cobre en los bancos opalíferos de este tipo. Sin embargo, el ópalo noble o blanco presenta la desventaja de la suavidad, la cual los hace muy delicados cuando se quieren tallar para montar en piezas de joyería.
Ópalo arlequín. De menor hidratación, es traslúcido, aunque en ocasiones puede ser opaco. Su principal característica es que sobre su base opaca o traslúcida presenta curiosos mosaicos multicolorores que en no pocas ocasiones son iridiscentes, como si se tratara del traje de un arlequín o de un multicolor tablero de ajedrez. Ello se debe a que en esta variante aparece una gran diversidad de minerales que acomodados de manera simétrica en su interior generan estos curiosos mosaicos multicolores. Algunos gemólogos consideran al ópalo arlequín como una variedad del ópalo noble.
Ópalo de agua. De base prácticamente transparente e incolora, es muy apreciado pues de acuerdo con los minerales que contenga, los colores destacan como vetas miradas a través del agua. Se puede encontrar ópalos de agua azules, amarillos o rojos, e incluso una variedad denominada girasol, la cual presenta vetas de colores sobre un cuerpo traslúcido y opalescente, cada una de las cuales se puede apreciar según el ángulo en que le dé la luz. La mayoría de los ópalos de agua muestra una característica que demerita su uso para joyería: sólo son transparentes e iri-discentes dentro del agua, mientras que fuera de ella tienden a ponerse lechosos y pierden gran parte de su iridiscencia.
Ópalo de fuego. También conocido como flameante, esta variedad es la más transparente y dura de todas y la de menor hidratación. Característica de los bancos opalíferos de México, su composición incluye abundantes partículas de hierro, mineral que le proporciona un característico tono rojizo. Su encendido color, que puede ir del rojo carmín al amarillo ámbar, en algunos ejemplares presenta estrías iridiscentes muy fuertes, que al combinarse con otras verdosas debidas a las partículas de cobre, simulan verdaderas llamas de fuego; de aquí el mote de flameante. Aunada a estas características estéticas, la gran dureza y transparencia de los ópalos de fue-go permite que pueda cortarse en facetas que realzan aún más su belleza y lo hacen idóneo para la alta joyería.
Si bien existen múltiples depósitos opalíferos en diversas partes del mundo, la mayoría son muy pequeños e impuros. Los depósitos más grandes y finos se hallan en muy pocas regiones, entre otras la oriental de Czervenica, en la hoy República Eslovaca. Por otra parte, las desérticas provincias australianas de Queensland y New South Wales contienen los más grandes yacimientos de ópalo blanco o noble; descubiertos a mediados del siglo XIX, en tanto los depósitos de ópalos de agua y girasoles de la provincia hondureña Gracias a Dios han sido señalados por algunos estudiosos como los sitios que abastecieron la rica joyería de los señoríos prehispánicos mayas del Quiche, en Guatemala, e incluso para comerciantes centro y sudamericanos. En el caso de México, la extracción y uso de ópalos destinados a la joyería fue común desde tiempos prehispánicos. Entre los habitantes acaudalados del antiguo Anáhuac, la gema era como tequetzalitzil, vocablo que traducido del poético y simbólico náhuatl, significa algo así como pedernal con plumas de colibrí. Si bien la plata, el oro y la grana cochinilla fueron las principales riquezas mexicanas explotadas en la Colonia, el hallazgo de yacimientos opalíferos en zonas mineras, jamás fue despreciado en Europa. Nuestros ópalos de fuego se hallan en forma de burbujas al interior de mantos de roca volcánica llamada riolita localizados en varios estados, pero de manera abundante en los de Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Nayarit, donde la actividad volcánica y termal es sumamente antigua. Una de las regiones opalíferas más reconocidas en el mundo está en el distrito minero de San Juan del Río, a unos 50 km al sureste de la capital queretana y muy cerca de la célebre Peña de Bernal. Aunado a su singular color e iridiscencia, el ópalo de fuego mexicano se distingue por su dureza y transparencia, propias de la máxima concentración de sílice que un ópalo puede alcanzar, a diferencia del ópalo noble australiano, que contiene más agua que sílice y es más opaco y suave. Estas características, únicas entre los ópalos del mundo, permite que las gemas brutas puedan pulirse y luego tallarse o cortarse en preciosas facetas que realzan su encendida brillantez y valor. El virtuosismo de los lapidarios y orfebres mexicanos, particularmente de los queretanos y más específicamente de los de San Juan del Río, representa sin duda alguna un valor agregado al alcance de nuestras manos.
El primer paso para la extracción una vez detectado un yacimiento, es el barrenado de grandes pedazos de riolita en minas que por lo re-gular aparecen a pocos metros de profundidad. Posteriormente, los rocones de riolita se despedazan en trozos cada vez más pequeños hasta que puedan revisarse a mano con el fin de hallar vetas y burbujas que por su tamaño, pureza y belleza, merezcan seguir limpiándose en los talleres lapidarios. La labor del lapidario consiste en quitar hasta don-de sea posible los rescoldos de riolita y dependiendo del resultado destinar las piezas menos puras para el tallado de pequeñas esculturas o el faceteado de las piezas más puras y grandes.
Cuando el ópalo limpio resulta pequeño, pero muy vistoso, se talla con todo y la piedra que lo envuelve dando forma a esculturas de riolita –cuyo color semeja la cantera rosa– en las que los pedacitos de ópalo parecieran incrustados en la piedra. Una vez limpio el ópalo de riolita, queda de un tamaño considerable pero resulta común a varias piezas, por lo que los lapidarios le dan una forma ovoidal llamada cabujón, cuya superficie alisan y finamente pulen para incrustarla en piezas de joyería. Cuando alguna resulta singularmente bella y grande, se decide cortarla en facetas que realzan el brillo y los destellos de la pieza, tal como sucede con los mejores diamantes, esmeraldas o rubíes. Más aún, los ópalos faceteados suelen montarse en diseños de filigrana que los orfebres mexicanos elaboran con especial cuidado para dar como resultado finos ejemplares de alta joyería. Y si desea admirar esa maravilla natural, los ópalos mexicanos, o la riqueza cultural que significa su transformación en piezas de fina joyería a manos de lapidarios y orfebres lo mejor es visitar San Juan del Río. No dejará de sorprenderse.
TECALLI – ÓNIX
También llamado mármol mexicano. Su abundancia en una zona del estado de Puebla dio origen a la población que lleva ese nombre.
IZCATEHULOTL – CRISTAL DE ROCA O CUARZO
Material ampliamente usado en Mesoamérica para hacer cuentas de collar, y en ocasiones verdaderas obras de arte, como el famoso cráneo hoy exhibido en el Museo Británico.
TLAPALTEHUILOTL – AMATISTA
Cristal de la familia de los cuarzos que en su estado original se puede localizar tanto en forma de cristales como en pequeñas masas compactas. Es muy abundante en el estado de Guerrero.
TLAQUAUACTEPATL
Ciertas variedades de cuarzos.
MATLALXIHUITL - Hierba verde muy oscura)
Quetzalxoquiyac – Esmeralda
Esta variedad de piedra preciosa se ha localizado en el estado de Oaxaca; sin embargo, por su tamaño y calidad ha resultado muy poco aprovechable.
Cuacocoztic – Granate
Quizá por su color rojo la designación náhuatl se aplicaba a los granates, que abundan en varios estados de México.
Epyollotli – Perla (Corazón de la concha)
Se han descubierto perlas asociadas a diferentes entierros arqueológicos.
Uitzilzilepyollotli – Perla de colores
Perlas del color de los colibríes. Es muy posible que de esta manera se designara a las perlas de río.
Caracola
Las caracolas de abalón se utilizan ampliamente en Guerrero para fabricar estatuillas, cajas y otros objetosutilitarios o decorativos. En Hidalgo, este material se utiliza para confeccionar instrumentos musicales en miniatura, espejos y cajas de madera.
Habitualmente, el abalón y las conchas de caracola de mar se decoran con calados tallados (trabajo ornamental con piezas recortadas y entrelazadas), cameo (un método de diseño que consiste en recortar el exterior para revelar una capa inferior de otro color), y con incrustaciones. El abalón y las caracolas de mar también se trabajan con las técnicas utilizadas para la piedra: percusión, presión y abrasión.
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Sahagun, B., 1979. Historia general de las cosas de Nueva España, 4a ed. Ed. Porrua, México.
[1] Hildegard de Bingen nació en Bermersheim (Alemania) en el valle del Rin, el año 1098, en el seno de una familia noble alemana. Fue la menor de los diez hijos de Hildebert de Bermersheim y Mechtild. Por ser la décima fue considerada como el diezmo para Dios, según la mentalidad medieval, siendo entregada a los catorce años al monasterio de Disibodenberg.
Este monasterio era masculino, pero acogió un pequeño grupo de reclusas en una celda anexa bajo la dirección de Jutta de Sponheim. La ceremonia de clausura solemne fue celebrada el 1 de noviembre de 1112, participando también Hildegard junto a Jutta y otra reclusa. En 1115 la celda se transforma en un pequeño monasterio para poder albergar el creciente número de vocaciones. En ese mismo año emitió la profesión religiosa Hildegard en manos del obispo Otto de Bamberg. Hildegard recibió durante estos primeros años una educación monástica rudimentaria dirigida por Jutta.[] Consistió en los rudimentos de la lengua latina, para poder seguir la liturgia; lectura de la Sagrada Escritura, memorizando los Salmos, que se recitaban diariamente; y el canto gregoriano.
Se dice que desde muy niña tuvo visiones, que más tarde la Iglesia católica confirmaría. Estos episodios los vivía conscientemente sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis. Ella los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores; acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, en algunos casos, de música. De las obras religiosas que escribió destacan tres de caracter teológico: Scivias, sobre teología dogmática; Liber Vitae Meritorum, sobre teología moral; y Liber Divinorum Operum, sobre cosmología, antropología y teodicea.
Además escribió obras de caracter científico: Liber Simplicis Medicinae o Physica, sobre las propiedades curativas de plantas, minerales y animales desde una perspectiva holística; y Liber Compositae Medicinae o Causae et curae, sobre el origen de las enfermedades y su tratamiento desde el punto de vista teórico.(Cirlot, Victoria & Garí, Blanca (2008). La Mirada Interior. Escritoras místicas y visionarias de la Edad Media. El Árbol del Paraíso, 59. Madrid: Ediciones Siruela)[
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